Rankings legales internacionales: oportunidad de reconocimiento y diferenciación

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SANTIAGO - CHILE - CORTE SUPREMA - VISTA INTERIOR - TRIBUNALES - PODER JUDICIAL - JUSTICIA

Mientras las empresas se certifican a través de norma ISO o de auditorías independientes, las firmas jurídicas lo hacen a través de la postulación anual a los rankings más prestigiados del sector.



En el marco de un escenario global altamente competitivo, dinámico, y con un acelerado avance de las nuevas tecnologías, los sectores productivos buscan distintas estrategias que tributen a la diferenciación de sus productos y/o servicios para fortalecer su posicionamiento y consolidar la credibilidad de marca, atributos valorados por clientes y actores del entorno en tiempos de incertidumbre.

La industria legal no está ajena a esta realidad. Los estudios de abogados en función de la evolución experimentada por el sector en la última década -de firmas tradicionales a empresas de servicios jurídicos con foco en la gestión, en el mejoramiento continuo y fidelización de clientes- apuestan hoy por diversas estrategias de marketing jurídico para diferenciarse en su mercado.

Postular y clasificar en los distintos Rankings Legales Internacionales existentes, tales como Chambers and Partners, The Legal 500, Leaders League, Latin Lawyer, IFLR1000, entre otros, ha sido el camino estratégico escogido por muchos bufetes de abogados para potenciar su negocio. ¿Qué motiva a los estudios jurídicos a sumarse a esta tendencia?

Diversas son las razones que llevan a las firmas a postular en las más de 70 áreas de prácticas legales disponibles. Por una parte, la comprensión de que cambió el abordaje del modelo y la cultura de prestación de servicios legales. Por otra, entender que más allá del historial académico y profesional de los abogados socios o asociados como era en antaño, existen diversos componentes estratégicos, que resultan claves para construir prestigio y diferenciarse en un mercado jurídico exigente y dinámico.

A la especialización en los servicios legales ofrecidos, el uso de las tecnologías al servicio del quehacer legal y la comunicación estratégica en la gestión de visibilidad y fidelización de clientes, se suman, de manera progresiva, las certificaciones de excelencia y calidad otorgadas por terceros, en relación con los servicios legales y sus profesionales asociados como sello distintivo en la industria jurídica.

Mientras las empresas se certifican a través de norma ISO o de auditorías independientes, las firmas jurídicas lo hacen a través de la postulación anual a los rankings más prestigiados del sector: un recurso potente que acredita la calidad del quehacer jurídico en áreas de práctica legal específicas y la experiencia de sus socios y asociados. Una ventaja competitiva, respaldada por terceros, que sitúa finalmente al bufete entre los principales actores en sus áreas de especialidad.

Si bien existen distintos modelos de rankings legales internacionales, los procesos de investigación incluyen componentes similares a la hora de la postulación frente a expertos externos: revisión de los antecedentes de la firma, opiniones de clientes asesorados y referencias que entregan otros profesionales de la industria sobre el estudio.

Lograr presencia en los directorios legales y mejorar anualmente la posición alcanzada es un desafío permanente. Clasificar se transforma en una oportunidad de valoración para la firma. Internamente, ayuda a potenciar la identidad, el sentido de pertenencia y a reforzar el prestigio profesional de sus socios y profesionales asociados. Externamente, es una señal valiosa de reconocimiento de marca, de visibilidad, de distinción en el sector y de compromiso con el aseguramiento de la calidad y el mejoramiento continuo con el accionar jurídico.

Bajo esta mirada, los rankings legales son una métrica de evaluación continua respecto del posicionamiento de la firma en la industria. Pueden favorecer nuevas oportunidades de negocios o proyectos, y se constituyen en un indicador para los actores del sector y clientes de estar frente a una oficina de abogados respetada, confiable y validada por terceros en su quehacer legal.

*Ian Badiola: periodista de la Universidad Diego Portales y Máster en Planificación y Gestión Estratégica, U. Autónoma de Barcelona. Ha sido asesor de alta dirección en instituciones de seguridad y justicia en Chile. Es socio director de Audentia, consultora de comunicación legal y marketing jurídico.

* Claudia Gil: Periodista, Universidad Finis Terrae; Magíster en Comunicación Estratégica, PUC; Diplomada en Estrategias y Control de Gestión, Universidad de Chile; Scrum Máster, certificada, en metodologías ágiles. Consultora de Directorios Legales de Audentia, consultora de comunicación legal y marketing jurídico.

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