Cómo se está preparando Chile para la guerra arancelaria

En menos de dos semanas, el presidente Donald Trump ha alterado radicalmente las reglas del comercio internacional, instalando un nivel de volatilidad sin precedentes. Todo apunta a que la incertidumbre en torno a la guerra comercial persistirá, y la pregunta clave es cómo enfrenta Chile este escenario y qué deberá hacer para mitigar los potenciales impactos.
Por el lado de la política monetaria, si bien esta ha cumplido un rol importante para estabilizar el nivel de precios en la economía, aún tiene pendiente por realizar el último tramo de la tarea. Es decir, lograr que la inflación se sitúe en torno a la meta de inflación de 3%. En este contexto, la pregunta que se deberá dilucidar en las próximas semanas es si este escenario ayudará o será un nuevo obstáculo para avanzar hacia la meta de inflación en los plazos establecidos por el Banco Central en su último informe de política monetaria.
La política fiscal enfrentará este escenario con un elevado déficit fiscal y una potencial desviación de US$ 1.500 millones el 2025 que tiene la tarea pendiente de corregir durante el año. Chile enfrenta la dificultad de no haber logrado llegar bien parado a esta crisis, considerando que tiene un nivel de endeudamiento público que se encuentra cerca del límite prudente de 45% del PIB y fondos soberanos que se sitúan en niveles preocupantemente bajos.
Los indicadores fiscales actuales podrían haber sido mucho mejores, pero durante los años 2020 y 2021 la política impulsó retiros de fondos y apoyos fiscales excesivos. Eso hoy se traduce en un mayor nivel de endeudamiento público y un menor ahorro fiscal. Es importante recordar cómo Chile enfrentó la crisis subprime del 2008 sin grandes problemas. Una de las razones fue que el país tenía baja deuda y un ahorro fiscal importante. Esa preparación permitió responder con responsabilidad y sin mayores sobresaltos.
El ministro de Hacienda, en una cita inédita, convocó a los exministros de Hacienda y expresidentes del Banco Central desde el retorno a la democracia con el fin de lograr un diagnóstico común y evaluar posibles caminos para enfrentar este incierto escenario, lo que ciertamente es un paso acertado porque ello ayudará a contar con visiones más equilibradas y técnicas, algo fundamental en un año electoral, donde las presiones fiscales se exacerban.
Más allá de los esfuerzos diplomáticos que realice nuestro país con Estados Unidos en el contexto del tratado de libre comercio, estos esfuerzos no serán suficientes de mantenerse la guerra comercial con China, otro importante destino de las exportaciones chilenas.
En esa línea, parecen acertadas las primeras acciones que ha esbozado el ministro de Hacienda, indicando que el gobierno profundizará las acciones para diversificar las exportaciones chilenas, fortaleciendo la promoción y ampliando los acuerdos comerciales, lo que incluye la materialización de tratados en gestación con India, Filipinas, Emiratos Árabes y los Estados del Golfo. Asimismo, resulta acertado que también se esté evaluando si es el mejor timing para seguir adelante con la reforma tributaria, que de momento no logra los suficientes consensos políticos.
De continuar la guerra comercial con China, es de esperar un escenario con menor precio del cobre, lo que terminaría abultando nuestro déficit fiscal y presionando la deuda pública. En ese contexto, la autoridad fiscal debería seguir adelante con el ajuste fiscal pendiente de US$ 1.500 millones, salvo que situaciones extraordinarias aconsejen una pausa.
Por su parte, el FMI advierte que la guerra comercial representa un riesgo significativo tanto para los países desarrollados como emergentes, recomendando evitar medidas proteccionistas y adoptar reformas estructurales para mitigar estos riesgos. Chile debe aprovechar el contexto internacional adverso para acelerar las reformas que promuevan el crecimiento. Es clave atraer inversiones con reglas claras, condiciones tributarias competitivas y una mayor eficiencia en la aprobación de proyectos. Así lo expresaron ejecutivos del sector minero durante la Conferencia Mundial del Cobre organizada por CRU y Cesco. Si bien alertaron sobre los efectos de la guerra comercial en las cadenas de suministro, hicieron un llamado claro al gobierno: es urgente agilizar los permisos ambientales y sectoriales si queremos concretar las inversiones mineras proyectadas para los próximos años.
Hoy no sabemos cuánto durará esta incertidumbre, pero Chile debe prepararse para enfrentarla con decisión y visión de futuro, aprendiendo las lecciones del pasado. Esto no solo requiere redoblar políticas que fortalezcan el mayor ahorro fiscal, sino también acelerar los esfuerzos por impulsar una agenda procrecimiento mucho más ambiciosa. Eso incluye diversificar los destinos de exportación, consolidar nuevas alianzas estratégicas y profundizar los acuerdos comerciales ya existentes, con el fin de reducir la exposición a riesgos externos y aprovechar mejor las nuevas oportunidades.
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