Editorial

Reacciones ante aranceles de EE.UU.

En el caso de Chile, de momento una sobrerreacción no parece justificada, pues nuestra economía podría quedar en un mejor pie competitivo que otras, y ya se han desplegado negociaciones directas para revertir los mayores aranceles.

Reacciones ante aranceles de EE.UU. SAUL LOEB / AFP) SAUL LOEB

La decisión del gobierno del Presidente Donald Trump de aplicar aranceles a prácticamente todos sus socios comerciales ha generado enorme incertidumbre a nivel global, lo que se ha traducido en violentos desplomes bursátiles. La posibilidad de que se inicie una guerra comercial a gran escala entre EE.UU. y otros grandes bloques como la Unión Europea o China, y la eventualidad de que ello genere un cuadro recesivo, mantiene en alerta a inversionistas y gobiernos.

Chile no ha estado exento de esta suerte de pánico, provocando caídas de enorme magnitud en la bolsa. Con el paso de los días, sin embargo, ha sido posible empezar a decantar con más calma los posibles efectos para la economía chilena, advirtiéndose que nuestro país mantiene todavía una posición relativamente ventajosa respecto de otras economías, lo que no justifica actitudes de sobrerreacción, pero sí cautela y fina planificación para efecto de los pasos que el país seguirá ante el gobierno estadounidense.

Esto de algún modo ya se ha empezado a advertir en el mercado bursátil, donde el IPSA ha logrado recuperar casi todo lo que perdió desde que se conocieron los anuncios de Trump. En esta mayor calma seguramente también ha incidido que la administración norteamericana pausó el alza de tarifas, dejándolas por ahora en 10% -con la excepción de China, donde el alza fue inmediata-, iniciándose así un proceso de negociación bilateral, lo que da cuenta de que aún se trata de una política muy errática y donde no se ha dicho la última palabra.

Por de pronto, cabe no perder de vista que algunos países y bloques fueron penalizados por sobre el arancel base de 10%. Chile ha quedado dentro del arancel base, de modo que esta situación no cambia nuestra posición relativa respecto de otros países, y en algunos casos incluso podríamos quedar más competitivos. De momento el cobre, nuestro principal producto de exportación -en el caso de EE.UU., un volumen importante del metal rojo que importa proviene de Chile- no ha sido gravado, pero su caída de precio en el mercado internacional sí anticipa el temor de que ante una desaceleración global la demanda por cobre disminuya.

Las autoridades chilenas también han iniciado negociaciones directas en Washington. Chile es de hecho uno de los primeros países de Latinoamérica en ser recibido por el jefe de la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (USTR, por sus siglas en inglés), para abordar el conflicto arancelario. Los negociadores de nuestro país declararon su satisfacción por el tono de la reunión, estableciendo una hoja de ruta para el proceso que sigue. Frente a la posibilidad de que Chile se exima del arancel del 10%, tal posibilidad no podría ser descartada de plano, como lo explicó el ministro de Hacienda, producto del Tratado de Libre Comercio suscrito con el país del norte. Ello tomando como base el precedente de México y Canadá, que también han suscrito TLC, la administración Trump gravó aquellos productos que no estaban exentos de aranceles, y respetó los que sí estaban exentos en virtud del TLC.

A la luz de estas consideraciones, lo prudente es esperar las señales que se irán dando en las próximas semanas, evitando sobrerreacciones que a la larga pueden ser más costosas.

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