Históricamente en Chile, la admisión a las universidades que participan del sistema de acceso ha contemplado dos grandes vías: la admisión regular y la especial. La primera concentra la mayor parte de la admisión y se realiza de manera centralizada, ordenando a los postulantes de manera decreciente según los puntajes ponderados que obtengan en las carreras de su elección. Esta vía de ingreso pondera los instrumentos ya conocidos: NEM, Ranking y el puntaje de las pruebas de admisión (PAES) obligatorias más las opcionales que exige cada carrera.

Hasta hace pocos años, esta vía ponderaba los resultados obtenidos de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), la cual tendía a favorecer a los estudiantes de colegios privados. Sin embargo, a partir de 2020 se comienzan a implementar diversos cambios en el sistema de acceso en general, con el propósito de mejorar la justicia y la equidad del sistema.

Estas modificaciones no sólo dicen relación con el reemplazo de la PSU por la PAES, prueba que evalúa competencias más que contenidos, sino que también con la mayor libertad que se dio a las universidades para ponderar los instrumentos de acceso como ellas estimen conveniente, a condición de que cada uno de ellos pesara no menos de un 10%. Adicionalmente, se habilitó al 10% mejor de cada establecimiento escolar para postular a las universidades sin el puntaje mínimo de postulación exigido, se sumó una fecha en invierno para rendir las pruebas y se permitió combinar puntajes de pruebas rendidas en momentos distintos.

Los resultados alcanzados muestran que un mayor número de estudiantes provenientes de establecimientos escolares públicos y liceos técnico-profesionales han podido acceder a estudiar alguna de las carreras ofrecidas por las universidades adscritas al sistema de acceso. Asimismo, la posibilidad de rendir la prueba en más de una ocasión al año le resta presión a la rendición.

La admisión especial, por otra parte, históricamente ha sido empleada por las universidades para acoger a alumnos que, sin cumplir con los requisitos de puntaje ponderado, tienen otro tipo de habilidades o trayectorias, como haber cursado sus estudios en el extranjero, ser deportista destacado, tener buen desempeño escolar previo, entre otras.

Sin embargo, en los últimos años el acceso no tradicional a las universidades se ha expandido con mayor fuerza, ampliando así el porcentaje de alumnos de primer año admitidos por la vía de admisión especial a 20% y a 25% en el caso de las universidades de zonas extremas. Así, esta vía, orientada a la matrícula de estudiantes con trayectoria y cualidades diferentes, permite que las Universidades atraigan a estudiantes más allá de sus puntajes, cuyas historias de vida diferentes aportan diversidad y riqueza en la sala de clases.

En suma, los cambios anteriores han posibilitado una mayor equidad en el acceso, lo cual evidentemente beneficia a los estudiantes, pero también a las propias casas de estudio, que pueden adaptar sus vías de ingreso de acuerdo a los perfiles de alumnos que buscan, lo que termina por reconocer la realidad de los diversos proyectos formativos.

Por Juan Eduardo Vargas, Vicerrector académico de la U. Finis Terrae y exsubsecretario de Educación Superior