Entre 2021 y 2024, más de 50 mil estudiantes ingresaron a psicología en 51 universidades del país, según cifras del Ministerio de Educación citadas en La Tercera. Este interés responde a factores culturales, sociales y económicos, así como al creciente protagonismo de la salud mental en el debate público, especialmente tras la pandemia.

La psicología es vista como una herramienta para generar impacto positivo, atrayendo a muchos estudiantes con vocación de ayudar. Sin embargo, la alta demanda plantea interrogantes sobre la saturación del mercado laboral y la calidad de los programas formativos. El crecimiento de programas no siempre ha sido acompañado de regulaciones adecuadas ni de un análisis profundo de las necesidades del país, dejando a los titulados en un mercado competitivo y, a menudo, precario.

Es fundamental que las universidades y el Estado aseguren programas alineados con las demandas actuales y fomenten la diversificación profesional. Áreas emergentes como la relación entre salud mental y tecnologías digitales, y los desafíos de jóvenes en contextos de crisis ambiental y polarización, requieren enfoques innovadores y multidisciplinarios.

Asimismo, este auge invita a reflexionar sobre el valor de la salud mental como sociedad.

La psicología, aunque poderosa, debe complementarse con estrategias preventivas, educación emocional y políticas públicas robustas para abordar problemas complejos.

En conclusión, el crecimiento de la psicología en Chile refleja tanto un interés genuino como desafíos estructurales. Estudiantes, universidades y autoridades deben trabajar juntos para transformar esta vocación masiva en cambios sociales significativos.

Por Gabriel Urzúa, decano de Psicología de Universidad UNIACC