Las universidades chilenas están adaptando su oferta académica para responder a las demandas de un mercado laboral en constante evolución. Este esfuerzo refleja no solo las tendencias globales en áreas como tecnología, sostenibilidad y creatividad, sino también el compromiso de las instituciones con la innovación y el desarrollo del país. En 2025, varias casas de estudio debutan con nuevas carreras que buscan preparar a los estudiantes para los desafíos del futuro.
La Ingeniería Mecatrónica emerge como una disciplina para un mundo impulsado por la automatización y la inteligencia artificial. Esta carrera, que integra electricidad, electrónica, robótica, automatización, IoT e IA, se posiciona como fundamental para desarrollar soluciones tecnológicas integrales. Según Carla Angulo, directora de la Escuela de Computación e Informática de la U. Bernardo O’Higgins, la mecatrónica no es una disciplina aislada, sino una respuesta a la creciente necesidad de integración tecnológica en industrias cada vez más dinámicas.
Otro ámbito que se encuentra en plena expansión es el de los videojuegos, una industria que ha dejado de ser solo entretenimiento para convertirse en un sector económico estratégico. La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y la Universidad Finis Terrae lo han entendido bien, ofreciendo programas innovadores en esta área. La PUCV presenta Desarrollo de Videojuegos y Simulación, una formación interdisciplinaria que combina programación avanzada, diseño de videojuegos, narrativa interactiva y simulación virtual.
Según Luis Villarroel, director del Programa Interdisciplinario de Formación Profesional (PIFP) de la PUCV, los egresados estarán preparados para desempeñarse en estudios de videojuegos, simulación en salud, logística y plataformas educativas. Por su parte, la Universidad Finis Terrae también ha apostado por un programa de pregrado que une virtualización, robótica, inteligencia artificial, arte y diseño. Darío Rojas, director de Ingeniería Civil en Realidad Virtual y Videojuegos, destaca que esta formación busca especializar a los estudiantes en áreas como gemelos digitales, simulación en la nube y automatización de procesos, preparándolos para competir en el mercado internacional.
La globalización también está marcando el diseño curricular de algunas universidades. La Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y la Universidad Andrés Bello (UNAB) han desarrollado programas orientados a un mercado multicultural y dinámico. En el caso de la UAI, la carrera de International Management combina un 70% de asignaturas en inglés con una estructura que permite a los estudiantes obtener una Licenciatura en Administración de Empresas al tercer año y un Magíster en International Management al quinto año.
Por otro lado, la UNAB lanzará Ingeniería en Negocios Internacionales en colaboración con la Arizona State University. Este programa integra innovación, tecnología y sostenibilidad, formando a estudiantes con competencias en marketing, gestión y finanzas para liderar en mercados globales. María Elena Arzola, directora de la Escuela de Ingeniería Comercial de la UNAB, subraya la relevancia de desarrollar habilidades para operar en entornos multiculturales con una visión estratégica global.
Finalmente, la Universidad Finis Terrae innova al presentar la primera carrera en Chile que fusiona diseño de moda y negocios. Bernardita Brancoli, directora de Diseño de Moda y Management, señala que el objetivo es formar profesionales capaces de liderar proyectos sostenibles en la industria de la moda. Además, los estudiantes tendrán la oportunidad de colaborar con el ISEM Fashion Business School de la Universidad de Navarra, fortaleciendo su perfil internacional.
Estas propuestas académicas no solo abren nuevas oportunidades para los estudiantes, sino que también posicionan a las universidades chilenas como actores clave en la preparación de profesionales para un mundo en transformación.