36 atletas en 12 pruebas: la historia del Equipo Olímpico de Refugiados que espera concientizar al mundo en París 2024
Por tercera vez hay una delegación de atletas sin bandera en la cita de los anillos. La mayoría son iraníes.
Los Juegos Olímpicos de París siguen rompiendo hitos. En momentos donde las guerras y conflictos armados están desatados en distintos puntos del planeta, la cita de los anillos da el espacio para que aquellas personas que fueron víctimas directas e indirectas de conflictos bélicos tengan la chance de competir, incluso si es que tuvieron que abandonar sus países de origen. Ese es el objetivo precisamente del Equipo Olímpico de Refugiados, quien en París 2024 tiene una delegación récord, con 36 atletas de 11 países diferentes.
Deportistas que proceden de naciones tan diversos como Siria, Camerún, Cuba o Afganistán y que para esta edición se encuentran compitiendo bajo su propio emblema, algo que en antes no había sucedido y es que este Equipo Olímpico de Refugiados comenzó a existir para los Juegos Olímpicos en Río 2016.
El hito también va de la mano con la confirmación de que este equipo también tendrá representantes en los Juegos Paralímpicos, aunque con una delegación más acotada. Eso sí, esto también ha generado un debate entre algunas facciones, principalmente por la política del COI en estos Juegos frente a dos conflictos bélicos puntuales: los bombardeos en Gaza y la guerra entre Rusia y Ucrania.
36 atletas de 11 países
En París 36 atletas compiten bajo el escudo de Equipo Olímpico de Refugiados. De las 12 disciplinas en donde tienen presencia, el atletismo, el judo y el taekwondo serán las con mayor representación, con siete, seis y cinco deportistas respectivamente. En la lista también aparecen el piragüismo (4), natación (2), ciclismo (2), boxeo (2), tiro (2), lucha (2), halterofilia (2), breaking y el bádminton.
Estos 36 competidores vienen de 11 países de origen diferentes, siendo Irán el con mayor representación. En total son 15 los miembros de este equipo que hoy son refugiados en Europa. Siria y Afganistán son los otros dos con mayor número.
Entre ellos también hay tres competidores que nacieron en el continente americano. Fernando Dayan Jorge Enríquez (piragüismo) y Ramiro Mora (halterofilia) salieron de Cuba a Estados Unidos y Reino Unido respectivamente, mientras que Francisco Centeno (tiro) dejó Venezuela para ser recibido en México.
El caso de Mora es uno de los más destacados, ya que el cubano trabajaba en un circo en la ciudad costera inglesa de Blackpool para mantener a su familia. “Era la única opción que tenía para ayudar”, confesaba a Olympics antes de recibir la Beca para Atletas Refugiados.
“Con todos los desafíos que han enfrentado, ahora tienen la oportunidad de inspirar a una nueva generación, representar algo más grande que ustedes mismos y mostrarle al mundo de lo que son capaces los refugiados”, expresó Masomah Alí Zada, jefa de misión para el Equipo Olímpico de Atletas Refugiados de Paris 2024 y competidora en Tokio 2020.
La Comisión Ejecutiva del Comité Olímpico Internacional es la encargada de aprobar la composición del equipo y se basa en una serie de criterios entre los que se encuentran el rendimiento deportivo, la condición de persona refugiada, verificada a través del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y la representación equilibrada del deporte, género y distribución de los países de origen.
Tercera vez
El COI dio a conocer por primera vez el equipo de refugiados para los Juegos Olímpicos de Río 2016 con representación de diez atletas. En ese entonces la idea surgió como una forma de concienciar sobre el problema mientras cientos de miles de personas llegaban a Europa desde Oriente Próximo y otros lugares huyendo de los conflictos y la pobreza. Ya para Tokio ese número llegó a ser casi tres veces mayor, logrando una representación de 29 atletas que compitieron en 12 deportes distintos.
Iniciativa clave en los trabajos entre el COI y la ONU, al punto de que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, también tuvo sentidas palabras para la comitiva que desde fines de mes competirá en Francia. “El deporte puede ofrecer un respiro, un escape de las preocupaciones diarias, una sensación de seguridad, un momento de disfrute. Puede dar a las personas la oportunidad de curarse física y mentalmente, y volver a formar parte de una comunidad”, señaló.
Eso sí, no solo el número será la novedad en París 2024, ya que el COI también anunció que por primera vez estos atletas disputarán las pruebas bajo un propio emblema. Este cuenta con un corazón en su centro, el que procede de la Olympic Refugee Foundation.
Las complicaciones a las que se enfrentan diariamente y el hecho de que muchos países terminen por nacionalizar a los mejores atletas del mundo refugiados, llevan a que este equipo aún siga sin poder conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos. Esto se ha replicado en Francia, aunque aún hay parte de la delegación que no ha debutado.
También estarán en los Paralímpicos
No solo los Juegos Olímpicos dice presente un puñado de atletas refugiados. Para los Juegos Paralímpicos, que comienzan el 28 de agosto, el Comité Paralímpico Internacional (IPC) anunció que ocho atletas y un corredor guía serán miembros de la escuadra.
Los ocho atletas, que representan a más de 120 millones de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo, tienen su base en seis países y competirán en seis deportes: Para atletismo, Para levantamiento de pesas, Para tenis de mesa, Para taekwondo, Para triatlón y esgrima en silla de ruedas.
“Las historias de estos atletas y sus viajes como refugiados que sobrevivieron a la guerra y la persecución para competir en los Juegos Paralímpicos son impresionantes. Muchos viven en condiciones terribles, y estos atletas han perseverado y demostrado una determinación increíble para llegar a París 2024. El Equipo Paralímpico de Refugiados destaca el impacto transformador del deporte”, mencionó Andrew Parsons, presidente del IPC.
¿Palestina? ¿Ucrania?
Pese a que se trata de dos casos diferentes, es difícil separar la presencia de este equipo de refugiados con la situación que a día de hoy viven millones de personas en Ucrania y Palestina, dos naciones que están siendo atacadas por enfrentamientos bélicos.
Es por eso que también muchos cuestionan ciertas determinaciones del COI en esta política, sobre todo en el caso de Rusia e Israel, naciones acusadas de cometer miles de bajas civiles desde que comenzaron a atacar a Ucrania y Palestina respectivamente.
En el caso del conflicto que se vive en Gaza, la entidad que organiza los Juegos Olímpicos fue clara. Permitió que la delegación de Israel actúe de manera normal en París y que no sufra alguna de las repercusiones que sí caen sobre Rusia y Bielorrusia, quienes por ejemplo no tienen presencia en deportes colectivos y sus atletas individuales están compitiendo bajo bandera neutral. Por lo mismo la mayor cantidad de los atletas clasificados rusos han optado por restaste del torneo, dejando a su comitiva con solo 15 deportistas. La mayoría son tenistas y entre ellos se encuentra Daniil Medvedev, ex número uno del mundo y campeón del US Open de 2021.
En el caso de los palestinos, el presidente del Comité Nacional Olímpico, Thomas Bach, declaró que en un inicio que iba a haber participación sí o sí, ya sea por ingreso o por la vía administrativa. “Tomamos el compromiso claro de que, si ningún deportista se clasifica sobre el terreno de juego, Palestina disfrutará de invitaciones”, anunció el dirigente alemán meses atrás.
La promesa fue real, ya que actualmente hay ocho deportistas compitiendo por la bandera de Palestina en los Juegos Olímpicos. Israel en cambio, tiene una delegación de 88 atletas. Ambas naciones cuentan con protección especial por parte de la organización.
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