64 puntos, récord de franquicia y pelea por el balón del partido: la sorprendente noche de Giannis Antetokounmpo en la NBA
El griego hizo historia junto a los Milwaukee Bucks pero todo se vio eclipsado con los incidentes una vez terminado el compromiso ante los Indiana Pacers. La situación llegó hasta los camarines.
Giannis Antetokounmpo hizo historia ante los Indiana Pacers. El griego clavó 64 puntos y rompió el récord de anotación en un partido de los Milwaukee Bucks. Todo, en una noche donde también terminó enfrentando con sus rivales por haberle quitado el balón del partido.
Fue algo surrealista. Después de una actuación para los libros de historia, el dos veces MVP estaba furioso. Reclamando ante Tyrese Haliburton y corriendo a toda máquina a los camarines para exigirle a sus rivales que de devolvieran el balón del encuentro en donde rompió los límites de los Bucks.
En concreto Giannis anotó 64 puntos, superando el récord de la franquicia de Wisconsin, que tenía Michael Redd con 57 anotados en 2006. El campeón de 2021 además firmó 14 rebotes, 3 asistencias, 4 robos y un tapón.
Hasta ahí todo bien, pero cuando el griego quiso llevarse el balón del encuentro, como sucede tras actuaciones de esa categoría, la situación explotó. Anteto reclamó con fuerza sobre la pista e incluso fue al camarín rival a exigir el balón, provocando peleas entre ambas escuadras. ¿El motivo por el que los Pacers lo tenían? Decidieron dárselo a Oscar Tshiebwe, quien había anotado sus primeros puntos en la NBA esa misma noche.
“Hubo un malentendido. Fue el primer punto oficial en la NBA de Oscar Tshiebwe, por lo que siempre nos llevamos el balón del partido. No estábamos pensando en el récord de la franquicia de Giannis, así que cogimos el balón. Un par de minutos más tarde, varios de sus jugadores terminaron en nuestro pasillo, y hubo una gran pelea. No creo que haya habido ningún puñetazo, pero uno de sus jugadores le dio un codazo a mi director general en las costillas”, explicó Rick Carlisle, entrenador jefe de los Indiana Pacers.
Tras los problemas, el griego terminó recibiendo su balón, aunque aclaró en rueda de prensa que sentía que le habían pasado otro y no el correcto. Pese a aquello, tuvo un segundo para valorar la gesta que acababa de lograr. “Es un gran sentimiento. Es una gran sensación. Trato de jugar al baloncesto de la manera correcta. Intento jugar para ganar, intento jugar para ayudar a mis compañeros a ser grandes, pero al final del día, poder romper este récord frente a los aficionados aquí, en este pabellón, también es una gran sensación”, comentó.
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