Se trata de uno de los movimientos de mercado más impactantes de todos los tiempos. Como buen ingeniero, Florentino Pérez tenía una obra bajo la manga. El 12 de julio del 2000, dijo: “Quiero decirles que si yo soy presidente del Real Madrid, Figo será jugador del Real Madrid”. Efectivamente, el empresario le ganó las elecciones del club merengue a Lorenzo Sanz y llegó de la mano con el portugués, directamente desde el Barcelona. Un día como hoy, pero hace 20 años, Luis Figo era presentado como nuevo jugador del Madrid, el primer galáctico. La mayor “traición” de la historia del fútbol español, el ícono del transfuguismo de la actividad.

El 24 de julio del 2000, Figo aparece en el Santiago Bernabéu con la camiseta 10, acompañado por Florentino Pérez y Alfredo Di Stéfano, presidente honorario. El luso, quien era el capitán y símbolo del Barcelona, era el primer paso para la era de los galácticos, que continuó con Zidane, Ronaldo y Beckham. Con el paso de los años, el timonel merengue contó la trama del fichaje. “Dije ‘voy a traer los mejores jugadores del mundo y nos solucionará los ingresos'. Y así fue. Cuando yo empecé nadie creía lo de Figo, porque nadie había pagado 60 millones de euros en el año 2000. La gente no se lo creía, pero entonces yo hablé con Figo, le convencí. Era el capitán del Barcelona y como decía Valdano era como arrancarles el corazón a nuestros paisanos, pero el caso es que yo le dije ‘queremos construir sobre ti este nuevo Real Madrid y este gran proyecto’ y él aceptó”, reveló.


Como era de esperarse, la primera visita de Figo al Camp Nou con la camiseta blanca iba a ser un volcán en erupción. Tal cual, el recibimiento fue efervescente, nada de acogedor. Cada vez que tocó el balón se escuchó una sonora pifiadera de parte de los forofos azulgranas.


La historia no quedó ahí. En el clásico del 23 de noviembre de 2002, en el Camp Nou, la segunda visita de Figo al Barça, es recordada hasta el día de hoy como El Clásico del Cochinillo. Era tal el rencor de la fanaticada culé que obligaron a suspender el partido por 15 minutos debido a una lluvia de botellas cuando el portugués se aprestaba a lanzar un córner. Tiraron de todo a la cancha, hasta una cabeza de chancho.


El caso Figo da pie para revisar otros ejemplos de jugadores que cruzaron la vereda. El camino contrario siguió Luis Enrique. El actual seleccionador de España jugó en la Casa Blanca entre 1991 y 1996. En el verano del 96 ficha por los culés, donde llegó a ser capitán. Su identificación es mayor con la tienda azulgrana, al punto de ser un entrenador multicampeón.

Luis Enrique pasó del Real Madrid al Barcelona.

Ronaldo Nazário, el brillante centrodelantero brasileño, vistió camisetas archirrivales en dos ocasiones. En España vistió primero la del Barcelona en la temporada 1996-1997 y recaló posteriormente en el Real Madrid en 2002, en el marco de la revolución de los galácticos. En Italia, jugó por el Inter entre 1997 y 2002. Y tras su paso por el Madrid, fichó por el Milan en 2006.


Otro excéntrico ariete que fue neroazzurri y rossonero fue Mario Balotelli. El atacante jugó tres temporadas en el Inter, entre 2007 y 2010. Y luego de una estadía en el Manchester City, recaló en el Milan en 2012, sitio en el cual también estuvo tres temporadas. El hecho de cruzar de vereda es común en Italia, tal como defender a los tres grandes del país. Andrea Pirlo, Roberto Baggio y Zlatan Ibrahimovic jugaron en Juventus, Inter y Milan.

Volviendo al fútbol español, el mexicano Hugo Sánchez se convirtió en un notable goleador. En 1981 fue traspasado desde Pumas de la UNAM al Atlético de Madrid y en la campaña 84-85 fue Pichichi de La Liga con los colchoneros. En julio de 1985 firma con el Real Madrid a través de una triangulación con Pumas, buscando evitar las molestias de los hinchas rojiblancos. Con los merengues estuvo hasta 1992.

Hugo Sánchez jugó en el Atlético y el Real Madrid.

El argentino Carlos Tevez es un ícono de los jugadores que se fueron al archirrival en Inglaterra. Fichó en el Manchester United en 2007. Su permanencia en Old Trafford fue de dos años. No salió bien de la tienda roja y partió al Manchester City en 2009, donde estuvo cuatro temporadas.

Tevez, en los dos clubes de Manchester.

Jugar en River y Boca es un privilegio y una responsabilidad. Bien lo sabe Gabriel Omar Batistuta, que pasó por los dos colosos de Argentina. En 1989 fichó por los Millonarios, donde ganó su único título oficial en el país con Daniel Passarella (el título de liga 89-90). Al año siguiente se fue a los xeneizes, club en el cual estuvo hasta 1991.

Gabriel Batistuta, en Boca y River.

En Chile, Jean Beausejour se transformó en el emblema de esto cuando dejó Colo Colo para partir a la U. En 2014, después del Mundial de Brasil, Bose recala en Macul. Dos años después acepta la oferta de los azules para el proyecto de Sebastián Beccacece. La U pagó 2,5 millones de dólares por su pase.

Si del Superclásico se trata, Leonel Sánchez y Pato Yáñez hicieron el camino inverso: de la U al Cacique. Respecto al clásico universitario, están los casos de Francisco Arrué y Marcos González, quienes pasaron directamente de la UC a los laicos. En regiones, el ejemplo central es el de Felipe Flores Quijada, goleador de La Serena que se cambió de bando y fichó en Coquimbo Unido.