Los goles de Zamorano. Los televisores encendidos en la madrugada. La ilusión dorada de una generación. El partido maldito ante Camerún. Son varios los motivos por los que Sídney 2000 se convirtió en unos Juegos Olímpicos inolvidables. Hace exactos 20 años, Iván Zamorano anotó dos tantos que le dieron a Chile una histórica medalla de bronce, y parece increíble decir que solo fue un premio de consuelo. Acá el repaso de una campaña que pudo ser el primer oro olímpico chileno.
Bam Bam ahuyentó los nervios del debut
Nombres jóvenes como Reinaldo Navia, David Pizarro, Rafael Olarra, Rodrigo Tello, Sebastián González, entre otros; ilusionaban con su rendimiento. Sin embargo, las incorporaciones de Iván Zamorano, Pedro Reyes y Nelson Tapia le dieron un toque de experiencia importante a esa Selección Sub-23. Precisamente Bam Bam fue clave en el triunfo 4-1 sobre Marruecos en el debut en el Grupo B. Brilló con tres tantos (36′, 46′ y 55′), que pudieron ser cuatro: cedió un penal para que Reinaldo Navia anote el cuarto de Chile. Zamorano metía miedo.
Victoria sobre España y permiso para soñar
El segundo encuentro fue ante uno de los candidatos a quedarse con la presea dorada: España. Las históricas figuras del Barcelona Xavi Hernández y Carles Puyol eran parte de ese combinado. Pero eso estuvo lejos de intimidar al equipo de Nelson Acosta. Los sobre 58.000 asistentes al Melbourne Cricket Ground vieron como Rafael Olarra (24′) y Reinaldo Navia (41′) pusieron a Chile en ventaja de dos tantos. Jesús María Lacruz descontó (54′), pero nuevamente Reinaldo Navia convirtió (90′) para sentenciar el definitivo 3-1. Un triunfo clave. Había autorización para ilusionarse.
Otra exhibición, ahora ante Nigeria
Tras una sorpresiva derrota por 0-1 ante Corea del Sur en el cierre del Grupo B, Chile se emparejó en los cuartos de final de la competencia ante Nigeria. La Roja volvió a mostrar el nivel exhibido contra España y goleó por 4-1 a los africanos. Pablo Contreras (17′), Iván Zamorano (18′), Reinado Navia (42′) y Rodrigo Tello (65′) inscribieron su nombre en el marcador en una noche mágica. El tanto Victor Agali (76′) solo decoró el resultado final: un contundente 4-1.
Camerún y un golpe inolvidable
Transcurría el segundo tiempo y Chile no podía abrir la cuenta, pese a que en más de tres oportunidades varios jugadores nacionales encararon mano a mano al portero camerunés Carlos Kameni. Una farra increíble que terminó costando lágrimas. A pesar de esto, La Roja se puso en ventaja con un autogol de Jouan Abanda a los 78′. Pero un zapatazo de Patrick Mboma a los 84′ y un lanzamiento penal convertido por Lauren a los 89′, dieron vuelta el marcador y configuraron una de las derrotas más dolorosas en la historia de la Selección. Chile tuvo en sus pies la posibilidad de jugar la final por el oro olímpico, y la dejó escapar.
Un histórico premio de consuelo
El 29 de septiembre, todavía con las heridas abiertas por la derrota ante Camerún, Chile debió luchar ante Estados Unidos para quedarse con el tercer lugar, y la medalla de bronce. El equipo de Nelson Acosta estaba golpeado y eso se notó en la primera parte, en la que casi no generaron oportunidades y fueron superados. Pero en el segundo tiempo apareció el líder del grupo: Iván Zamorano. De penal abrió la cuenta a los 69′, y a los 84, tras una gran jugada colectiva, puso el definitivo 2-0. Así, entre las risas de Pedro Reyes y Nelson Tapia, el plantel chileno levantaba las manos y aplaudía en el podio olímpico. La bandera chilena volvía a ese mítico lugar deportivo tras 12 años, luego de la medalla de plata de Alfonso de Iruarrizaga en el tiro skeet en Seúl 1988.