
A 36 años del Desastre de Hillsborough: cómo la tragedia cambió la forma de ver el fútbol en Reino Unido
El 15 de abril de 1989, una letal aglomeración de público acabó con la vida de 96 personas que habían ido esa tarde a ver el duelo por las semifinales de la Copa FA entre Liverpool y Nottingham Forest. La tragedia dio inicio a una reestructuración del fútbol inglés, con modernización de estadios, cambios en las medidas de seguridad en favor de los hinchas y fuertes medidas de control.
Esta semana se cumplieron 36 años de la denominada Tragedia de Hillsborough, precisamente en días en que el fútbol chileno se vio marcado por las muertes de Martina (18) y Mylan (12) en la previa del duelo entre Colo Colo y Fortaleza, quienes habrían sido aplastados por un vehículo policial en los accesos al estadio Monumental. Guardando las diferencias entre ambos desastres, lo ocurrido el 15 de abril de 1989, en el que se registraron 96 fallecidos, fue un acontecimiento que obligó a repensar la forma de ver el fútbol en Inglaterra, con varios cambios que ahora tienen a ese país como un ejemplo respecto a la organización de espectáculos deportivos.
Esa tarde de primavera en Sheffield, hinchas de Liverpool y Nottingham Forest viajaron hasta el estadio Hillsborough para ver el duelo válido por las semifinales de la Copa FA. Pero en las inmediaciones del recinto una multitud de fanáticos se amontonaron en una de las entradas. Con el fin de hacer fluir a la masa, las autoridades tomaron una determinación que fue fatal: el superintendente David Duckenfield dio la orden de que abrieran una de las puertas de acceso al recinto, por lo que cerca de 2 mil personas avanzaron por un túnel hacia que un sector que ya estaba colmado.
Eran años complejos en Reino Unido. Los estadios permanecían antiguos y debían estar configurados para enfrentar la violencia de los hooligans. Por este motivo, contaban con fuertes vallas para impedir el acceso de los hinchas al campo. Precisamente este elemento también terminó siendo clave la tarde del 15 de abril. Como suele ocurrir en este tipo de tragedias, el partido se comenzó a disputar igual. De hecho, algunas cámaras alcanzaron a captar momentos en los que algunos asistentes intentaban desesperadamente pasarse a la bandeja superior. A los seis minutos, cuando se tomó la determinación de suspender el duelo por lo que estaba sucediendo, ya era demasiado tarde.
Algunas personas lograron saltar la valla y pasarse a la cancha para sobrevivir, mientras que otros murieron entre la multitud. “Veinte minutos antes de que empezara el partido comenzamos a sentirnos mal. Sólo podía mover mi cabeza, mis ojos y mi boca, no más. Había gente muerta de pie al lado mío”, le dijo al diario británico The Guardian Adrian Tempany, uno de los asistentes esa tarde.
Las lecciones de una tragedia
Las cifras eran escalofriantes: 96 personas murieron por aplastamiento y 766 resultaron heridas; una de las peores tragedias en la historia del fútbol y del deporte mundial. Ante este escenario, Reino Unido no se quedó sólo en palabras. Las autoridades elaboraron el denominado Informe Taylor, que constó de una serie de recomendaciones y exigencias con el fin de mejorar la seguridad en los estadios y terminar con la violencia de los hooligans.
Una de las medidas en las que resultaron pioneros fue en la eliminación de las mencionadas vallas de seguridad que separan la cancha de las tribunas. Lamentablemente, esto es algo que en Chile y en buena parte del mundo todavía no se ha podido realizar por completo por el peligro de las invasiones.
Otro cambio significativo fue determinar el fin de las tribunas con público de pie, algo que, al igual que el punto anterior, aún se puede apreciar en varios lugares de Sudamérica. Se reglamentó que todos los asistentes a los estadios de la Primera División debían estar sentados. Esta medida se comenzó a concretar en 1994.
No obstante, no sólo establecieron más obligaciones para los clubes, sino que también más formas de control para los hinchas, como implementar castigos más severos por actos de violencia en una cancha, portar el carnet para poder ingresar y hasta la regularización de la venta de alcohol (de hecho, en algunos recintos no se puede beber).
La justicia tardó casi tres décadas
Sin embargo, a pesar de las lecciones aprendidas en materia de organización, la muerte de los 96 fanáticos se convirtió en uno de los casos más largos y difíciles en la historia de la justicia de Reino Unido. Las primeras informaciones sobre la tragedia hablaban de que los hinchas forzaron una puerta de acceso y el medio The Sun incluso los trató de “borrachos y sin entrada”, algo por lo que más tarde se tuvieron que disculpar.
Los veredictos iniciales establecieron que fueron muertes accidentales. En agosto de 1990, la fiscalía descartó presentar cargos penales por este caso, en algo que significó un duro golpe para las familias de los fallecidos.
Recién en 2009, y tras una petición con 140 mil firmas y un debate en la Cámara, se divulgaron 300 mil documentos sobre la tragedia. Al año siguiente, se designó un Panel Independiente de Hillsborough para revisar evidencia que hasta ese entonces no había sido vista. Tras dos años de investigación, en 2012, el informe responsabilizó a los altos mandos por lo sucedido, por abrir una de las puertas de acceso sin medir las consecuencias de lo que sucedería. Además, estableció que 41 de las víctimas podrían haberse salvado si no se hubiera tomado esta decisión. Por este motivo, en diciembre de ese año el Tribunal Superior anuló los veredictos sobre este caso, que estaban vigentes hace 20 años, y se ordenaron nuevas investigaciones.
En abril de 2016, 27 años después de lo sucedido en Sheffield, las indagatorias arrojaron que las 96 personas fallecidas fueron asesinadas ilegalmente. Se determinó que los hinchas no tuvieron ninguna responsabilidad en las muertes y que los culpables fueron la policía, las fallas en el diseño del estadio y la demora en los servicios de ambulancia.
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