El hincha de Universidad de Chile había olvidado la sensación. La dulzura de que todo va bien con su equipo dentro de la cancha. Ese estado de pureza en que se puede vencer al que se cruce en el camino. Sí, el hincha había olvidado todo eso. Y lo jugadores, también. Por eso los azules disfrutan tanto su buen presente en el torneo nacional, ratificado con su triunfo inapelable ante O’Higgins por 3-1. El mensaje es claro: el triunfo sobre Universidad Católica hace siete días no fue algo fortuito.

El cuadro de Rancagua, que viene a los tumbos en el campeonato, no fue rival para la versión de la U que dirige Esteban Valencia. El Huevo está haciendo méritos para que borrar el apellido “interino” de su cargo. Un equipo bien armado, con nombres que se repiten semana a semana. Un esquema definido, el 4-3-1-2 que cuida bien el arco propio, pero que también permite llegar en bueno número al área rival. Y con dos delanteros que están inspirados. Uno desde el gol, Joaquín Larrivey, y otro desde la generación, como Franco Lobos.

El artillero estudiantil abrió la cuenta a los 22 minutos, mediante lanzamiento penal. Una falta que fue avisada por el VAR, porque Julio Bascuñán, el árbitro, no la vio. Ventaja justa, porque salvo chispazos del dueño de casa, nunca se vio desbordada la defensa del chuncho. Al otro lado, en cambio, tarde o temprano debía caer el segundo. Y llegó de la mejor forma, con una jugada colectiva muy bien urdida, que acabó con el centro de Franco Lobos y el cabezo perfecto de Gonzalo Espinoza: 2-0, 44′, el partido ya estaba sentenciado.

La segunda mitad solo fue la confirmación del buen momento de la U. Reflejado también en el marcador, que se creció gracias al cabezazo de Ramón Arias (62′), tras un tiro de esquina servido por el mismo Lobos. El cuadro laico, literalmente, le pasaba por encima a O’Higgins, más allá del descuento anotado por Marcelo Larrondo a los 82′ (otro penal acusado por el VAR).

El tanto del dueño de casa no fue más que un adorno para el resultado. La victoria siempre estuvo en manos de Universidad Chile, que ahora suma 25 puntos y se mete de lleno en la pelea por el título. De hecho, a la espera de otros resultados del fin de semana, los azules se instalan en la cima de la tabla, algo que no sucedía desde 2017, cuando Ángel Guillermo Hoyos era el entrenador.

Festejan los jugadores y el cuerpo técnico. Festeja el hincha de la U, como hace tiempo no lo hacía. Siempre es agradable sentir que todo sale bien, como le está pasando al chuncho en el torneo local.

TABLA DE POSICIONES