Insólito. Superclásico entre Boca Juniors y River Plate. Cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional. Definición a penales. Sorprendentemente, el conjunto millonario empujó el partido a esta instancia pese a tener 10 bajas por Covid-19, entre las que se contó el chileno Paulo Díaz. Y toda esa ventaja casi se va al tarro de la basura gracias a Edwin Cardona, quien en la tanda intentó convertir a lo Panenka, pero su tiro fue un total fracaso.

En los 90 minutos, ambos equipos terminaron 1-1 gracias a los goles de Tévez y Álvarez. El joven Alan Díaz daba a conocer su nombre al mundo gracias a un partidazo en el arco de River, completando cuatro paradas, todas de peligro. Más allá de lo que pasara en la definición desde los 12 pasos, el guardameta argentino ya había sido figura.

Tévez inició la definición con un penal imparable. Montiel empató la serie con un remate ajustado que casi detiene Rossi. Villa puso el 2-1 en la tanda con complicidad del travesaño. Y Angileri falló para River luego de que el cancerbero de Boca tapara de gran manera. El colombiano Cardona tenía la posibilidad de aumentar aún más la ventaja y casi liquidar la serie, pero una irresponsabilidad, una tontería, puso en peligro el pase a semifinales: intentó picarla, a lo Panenka, pero su remate fue tan fallido que le permitió al joven Díaz recomponerse y detener el tiro.

Un tiro casi idéntico al de Mayer Candelo ante Colo Colo en la final del Torneo de Apertura de 2006. El también colombiano quiso picarla, pero su disparo fue tan débil que le permitió a Claudio Bravo taparlo pese a que ya se había lanzado hacia uno de sus costados.

Para alivio de Cardona, Ponzio falló y la clasificación fue de los xeneizes. Lo más probable, eso sí, es que le en camarines le haya llegado un buen reto.