Chile sale de la Copa América en la primera ronda. La atención se centra en la actuación del juez colombiano Wilmar Roldán. Los controvertidos cobros y omisiones del árbitro cafetalero en el duelo ante Canadá molestan. O, más bien, duelen. Casi de inmediato, de hecho, una nota firmada por Jorge Yunge, secretario general de la Federación de Fútbol de Chile (FFCh), el organismo afiliado a la Conmebol, la exterioriza y da cuenta de una petición específica: que el réferi no vuelva a dirigirle a Chile. La lista de polémicas entre Roldán y la Roja ya era lo suficientemente extensa como para pretender que sus caminos vuelvan a cruzar.
El paso de los días, sin embargo, da pie a un análisis más frío. Si bien el cometido referil, lo que incluye la aplicación del VAR, sigue siendo cuestionable, el examen abarca ahora, aspectos más relacionados con lo futbolístico. Después de las sensaciones agradables que había dejado la Roja en la gira por Europa, con una victoria sobre Albania y una caída decorosa ante Francia, y sobre todo en el amistoso frente a Paraguay, un 3-0 en el Estadio Nacional que exacerbó las expectativas, Chile repetía los vicios que venía mostrando en la era de Eduardo Berizzo. La señal es inquietante de cara al reinicio de las Eliminatorias.
Objetivo incumplido
Gareca tendrá que comparecer ante el directorio de la ANFP. Lo hará la próxima semana, aunque inicialmente se prentendía que fuera en esta. Problemas de agenda impidieron la cita. “Decidimos que exponga la próxima semana para que tenga más tiempo”, dicen desde el directorio de la ANFP. No lo hará solo. A su lado estará Marko Biskupovic, el gerente de Selecciones, quien reemplazó a Rodrigo Robles en el cargo poco antes de que se iniciara el torneo continental. Ante la mesa que encabeza Milad, el Tigre tendrá que dar razones convincentes para la incapacidad ofensiva que mostró la Roja, que, a la postre, desemboca en el fracaso en que terminó siendo el paso por Estados Unidos: en 270 minutos, la escuadra nacional no marcó goles. Y sin goles a favor, no hay mayores posibilidades de avanzar en un certamen de estas características. Derechamente, se entra a depender de la fortuna que, en este caso, tampcoco se puso del lado de la Selección.
Para peor, en el partido decisivo, el entrenador no estuvo en la banca. La Conmebol le sancionó con un partido de suspensión y US$ 15 mil dólares de multa (que serán debitados de los ingresos de Chile por su participación en el torneo) por el retraso en el ingreso a la cancha para disputar el segundo tiempo del duelo ante la Albiceleste. Ese factor no es anecdótico: aunque el plan lo desarrolló Gareca, su ausencia a la hora de realizar correcciones puntuales durante el partido influyó decisivamente. El entrenador, confinado a una cabina del Explora Stadium, de Orlando, ni siquiera tuvo la posibilidad de tomar contacto con Sergio Santín, quien ofició como su reemplazante. Tampoco pudo hablar con los jugadores durante su permanencia en el recinto.
Antes del torneo, justamente en los minutos posteriores al partido frente a Paraguay, Milad había esquivado la consulta relativa al objetivo puntual con que viajaría la Roja a Estados Unidos. Lo hizo con una auténtica expresión de confianza sobre el trabajo de Milad y sus colaboradores y, básicamente, por la ambición inherente al espíritu competivo del staff.
Antes del partido frente a Argentina, su discurso procuró ser algo más concreto. “Ponerse un techo es pensar en forma limitada. Yo creo que en el deporte no hay que ponerse techo y menos en el fútbol, que hay tantas variables dentro de un partido. Ponerse metas o límites te condiciona mucho. Nosotros vamos por lo mejor que podamos sacar”, dijo, primero, en la misma línea inicial. Después, acotó el propósito en la cita continental o, cuando menos, dio una señal de mayor ambición. “Si es salir campeón, es salir campeón y si es pasar a segunda fase, sacaremos la segunda fase adelante. Nosotros nunca hemos pensado en un techo. Tenemos que dar todo para alcanzar lo mejor para nuestro país”. Si bien no había techo, ni la proyección más pesismista fijaba un piso tan bajo.
La evaluación está agravada por situaciones futbolísticas que el entrenador tendrá que justificar. La más inquietante es, precisamente, la falta de gol. Chile se fue de Estados Unidos sin convertir, con lo que revivió fantasmas que ya parecían desterrados. Con Alexis Sánchez muy lejos de su nivel, Eduardo Vargas preso de la escasa generación ofensiva y Víctor Dávila siendo ni la sombra del jugador que se había lucido ante los guaraníes, la Roja volvió con un indecoroso registro: no anotó goles en todo el torneo. De cara a las Eliminatorias, donde los goles son indispensables para acercarse a la zona de clasificación o, al menos, a la de repechaje la alarma es gigante.
El Tigre lo dijo
Ricardo Gareca había sido, incluso, mucho más jugado que el máximo dirigente del fútbol chileno. “Siempre la Copa América es algo muy importante para nosotros, los entrenadores de selección, porque es donde más tiempo tienes a los jugadores. Partiendo de ahí, la tomamos como algo fundamental la Copa América”, planteó el estratega, después de la gira europea y cuando ya se dejaba de concebir el certamen continental solo como una oportunidad para evaluar jugadores que pudieran ser alternativas para las Eliminatorias.
A mediados de mayo, el estratega alcanzó a establecer una meta que superaba la mera búsqueda de alternativas y funcionamiento con miras a la pelea por un cupo en el Mundial de 2026. “Tener asegurados por lo menos esos cuatro partidos (aliendo al amistoso frente a Paraguay y a la fase de grupos del certamen) es algo que es muy importante. Por supuesto que tenemos ambiciones de clasificar. La primera meta es poder clasificar en la Copa América”, planteó.
De vuelta en Chile, al menos, el DT fue autocrítico. “Lógicamente que no fue lo que fuimos a buscar. Fuimos a buscar la clasificación, (estoy) apenado lógicamente porque teníamos mejores expectativas”, declaró. “Tenía mejores expectativas futbolísticamente. En la convivencia fue muy buena, necesito destacarlo. Solo palabras de agradecimiento. En lo futbolístico, entramos a un detalle más importante que es la selección nacional, el rendimiento en la cual vamos a analizarlo más profundamente”, añadió, justamente anticipando el escenario de sus obligaciones en las próximas horas.
Gareca procuró mostrarse claro al asumir culpas. “Somos los máximos responsables. Somos los que mostramos una idea de juego, confeccionamos el equipo y los cambios, entonces tenemos una gran autocrítica en ese aspecto”, admitió. En la ANFP quieren una mayor profundidad en esa revisión. Su continuidad, por cierto, no corre peligro alguno.