Un tremendo final tuvo la primera llave de cuartos de final de la Champions, en la burbuja de Lisboa. Con lo justo, muy con lo justo, el PSG remontó y venció por 2-1 al Atalanta para meterse entre los cuatro mejores de Europa.
Era la lucha entre la sorpresa versus la chequera, la ilusión contra la obligación. Es tan dispar el choque que solo Neymar gana lo mismo que todo el plantel del Atalanta (36 millones de euros anuales). Pero esas diferencias siderales no se notaron en la cancha. Ese es el mérito del cuadro bergamasco: pelea de igual a igual con cualquiera. Por eso enamoró al Viejo Continente.
Sin Verratti y Di María, y con Mbappé a media máquina, Neymar debía asumir el rol de comandante. Y lo hizo, jugando en el centro del ataque más que por una banda. El problema que tuvo el PSG el primer tiempo es que los compañeros del brasileño no entraban en su misma sintonía. Si Ney no asomaba, el club parisino no generaba ataques de peligro. Su mediocampo era débil en construcción. Ney tuvo dos mano a mano durante los primeros 45′, pero definió mal. Curioso viniendo de un futbolista de rica técnica.
El Atalanta siempre arriesga, jugando con tres en el fondo, y tiene un mediocampo con equilibrio y que presiona alto. Golpeó cuando el control del balón era de su rival. En los 27′, un zurdazo de Mario Pasalic abre la cuenta para La Dea, el tanto 116 del equipo en la temporada. Una brutalidad. Mientras tanto, Neymar era el encargado de organizar la faceta ofensiva del PSG. El lío era que solo no podía. Icardi se notaba incómodo al tener que salir del área para intervenir. El ingreso de Mbappé era cuestión de tiempo por la necesidad del resultado.
Tras una hora de partido, el campeón del mundo ingresó por el español Sarabia. Su presencia le dio más verticalidad al ataque por la banda izquierda. Tuvo una opción para empatar pero su remate fue desviado por el golero Sportiello. La apuesta no estaba resultando para el campeón francés, que más encima tuvo que gastar un cambio en su arco por la lesión de Keylor Navas. El Atalanta aguantaba, más aún con el buen ingreso de Mbappé, pero sacaba la tarea adelante. Sportiello resistía los embates.
La parte final del partido tenía a los italianos soportando y a los franceses moviendo el balón en busca de un espacio. El método daba lo mismo: había que conseguir un gol como sea. Y llegó en los 90′ con el goleador impensado: Marquinhos. El central devenido en volante estaba en el área chica y conecta el balón tras un pase de Neymar. Un empate postrero, agónico, jugando al como sea. Pero faltaba más. En los descuentos, el camerunés Choupo-Moting, quien ingresó por un discreto Icardi, le da el triunfo al PSG tras una asistencia de Mbappé, cuyo ingresó resultó vital para la remontada. Las caras de los jugadores del Atalanta lo decían todo. Pura desazón, cuando estaban haciendo historia otra vez.
De esta manera, poco pulcra y dependiendo de su par de cracks, el París Saint-Germain vuelve a una semifinal de Champions tras 25 años. Espera rival: Leipzig o Atlético de Madrid.
Ficha del partido
Atalanta: Sportiello; Tolói, Caldara, Djimsiti (60′, Palomino); Hateboer, De Roon, Freuler, Gosens (82′, Castagne); Pasalic (70′, Muriel), Gómez (59′, Malinovskyi); D. Zapata (82′, Da Riva). DT: G. Gasperini.
PSG: Navas (79′, Rico); Kehrer, T. Silva, Kimpembe, Bernat; A. Herrera (72′, Draxler), Marquinhos, Gueyé (72′, Paredes); Sarabia (60′, Mbappé), Icardi (79′, Choupo-Moting), Neymar. DT: T. Tuchel.
Goles: 1-0, 27′, Pasalic, zurdazo alto de primera; 1-1, 90′, Marquinhos, conecta en área chica tras pase de Neymar; 1-2, 90′+3′, Choupo-Moting, anota tras asistencia de Mbappé.
Árbitro: Anthony Taylor (ING). Amonestó a Djimsiti, Freuler, De Roon, Zapata, Tolói, Palomino (A); Bernat, Herrera (PSG).
Estadio da Luz, Lisboa. Sin público.