Colo Colo tiene a tiro el Transición. A tiro de Pájaro. Porque tiene dos puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor. Y porque cuenta en sus filas con un futbolista extraordinario. Y es que probablemente sin Jaime Valdés (36) Colo Colo no estaría hoy volando tan alto.
Muy pocos habrían podido imaginar hace años que aquel enclenque jugador criado en un pasaje de la estigmatizada población Cóndores de Chile, en la comuna de El Bosque, iba a tener una carrera tan larga en el fútbol. Ni un ocaso tan dulce. Que iba a dar el salto al fútbol europeo tan pronto. Que iba a mantenerse durante toda una década compitiendo al máximo nivel en la Serie A italiana. Ni que iba a regresar, en su presunto declive futbolístico, para convertirse en el cacique del Cacique, es decir, para cumplir el sueño de su infancia. Pero casi 20 años después de su debut en el profesionalismo en las filas de Palestino, en 1998, Pajarito Valdés no sólo sigue dando guerra, sino que se ha acostumbrado a liderar también la batalla.
Su aporte desde lo futbolístico al funcionamiento del equipo de Pablo Guede (ese Colo Colo nuevo que baila más que nunca al son de sus viejos intérpretes) resulta incuestionable; pero sus números reflejan además un alza en su rendimento individual este semestre. No en vano el Transición 2017 es ya, estadísticas en mano, el mejor en materia goleadora firmado por el volante desde su regreso al fútbol chileno en diciembre de 2013. Pajarito suma cinco tantos. Más que en cualquiera de los siete torneos cortos disputados con anterioridad en las filas del Cacique. Más que en los cuatro últimos semestres juntos.
"A medida que van pasando los campeonatos sigue jugando muy bien, su nivel sigue siendo muy alto. Y siempre ha aportado con goles, pero es cierto que este campeonato ha hecho más de lo normal", reflexiona al respecto Héctor Tapia, ex compañero de Valdés en las divisiones menores de la Selección, ex técnico suyo en Colo Colo y responsable de su regreso al balompié chileno. "Cuando tomé Colo Colo tenía que traer tres jugadores porque era lo reglamentario. Me hacía falta un jugador en el medio y Jaime era, pegado, lo que necesitaba, porque lo conocía muy bien. Fue un gran esfuerzo de la dirigencia traerlo, pero creo que ha cumplido con creces lo que se apostó por él", agrega el ex DT del conjunto albo.
Pero más que su renovada puntería de cara al gol, llama la atención la entidad de los rivales ante los que Pajarito ha logrado ver portería este torneo. Y es que cuatro de sus cinco tantos conquistados en el Transición han tenido lugar contra rivales directos por el título; Universidad de Chile, Everton y Unión Española por partida doble. Un registro que da buena cuenta del oportunismo y la voracidad del volante, pero sobre todo de su carácter competitivo.
Desde Argentina, Ricardo Dabrowski, el ex técnico de Palestino que vio nacer, crecer y volar del nido a Pajarito, recuerda los primeros pasos del centrocampista en el fútbol para tratar de dimensionar lo que ahora está logrando: "Él debutó con Manuel Pellegrini, lo que pasa es que después casi no jugó nada y nosotros, cuando llegamos, sí que hicimos un trabajo específico con él, en el año 99, para potenciarlo, porque era un chico al que había que sumarle masa muscular. Por algo sus compañeros empezaron a decirle Pajarito, porque era realmente un pajarito. Tenía una contextura delgada, estaba en una etapa de crecimiento y era más bien flacuchento. Venía además de una condición muy humilde y uno podría pensar que no tenía ninguna posibilidad de llegar a donde llegó, pero tuvo una base afectiva fortísima y una capacidad de superación increíble, fantástica", comienza a relatar el ex delantero, campeón de América con el Cacique en 1991. Y después prosigue: "Fue en el segundo semestre de ese año cuando empezó a trascender. Tanto así que hizo 15 goles y lo compró el Bari. Y se transformó en Uccellino, que es el nombre que ellos usan para pájaro. Y hay que ver la carrera que hizo en Italia. Creo que no son muchos los jugadores que se pueden jactar de haber estado tantos años en una liga como esa. Por eso verlo ahora, con la edad que tiene, con ese rendimiento, es algo muy emocionante".
Y es que el mes que viene, concretamente el 11 de enero, Jaime Andrés Valdés Zapata cumplirá 37 años.Y lo hará con una vigencia portentosa. "Porque sigue teniendo una gran incidencia en el juego. Hoy juega más arropado porque Colo Colo concentra más jugadores en el medio del campo que en el esquema con el que jugaba yo, que era un 4-3-3 y en el que tenía menos compañía y tenía que recorrer más metros.
Hoy día puede volver después de hacer una carga con una mayor dosificación, pero su juego sigue siendo el mismo, los ritmos del partido siguen pasando por él y su domino del mediocampo sigue siendo absoluto", explica Tito Tapia. Un técnico que no duda en definir a Valdés como "un tipo nada tímido pese a lo que puede parecer hacia afuera, que conversa mucho, que siempre está apoyando a los más jóvenes y que se ha convertido en un referente dentro del camarín".
Un reservado perfil, pues, ante las cámaras, que contrasta, sin embargo, con las ácidas críticas vertidas a través de la controvertida cuenta de Twitter de su marca de ropa, Cac1ke, que le han deparado más de un crudo enfrentamiento con algunos de los líderes de la Roja. Especialmente luego de solicitar a través de la red social un recambio inminente en la Selección horas después de la traumática derrota del combinado chileno en Bolivia por Eliminatorias.
Polémicas al margen, Jaime Valdés vive uno de los momentos más dulces de su larga carrera como futbolista. Es el líder en cancha del líder del Transición, un conjunto que esta tarde, en el Estadio Monumental, volverá a encomendarse a su inoxidable Pajarito para volar hacia su trigesimosegunda estrella.