Abarza es feliz aunque no llegue a nadar en Tokio
Nada deprime al mejor chileno en la historia de los Juegos, ni siquiera que su enfermedad no le permita competir en los Paralímpicos.
Alberto Abarza (33) tenía un objetivo en los Juegos Parapanamericanos: disfrutar. De Lima se irá como el deportista chileno con más medallas en la historia de estas citas, pues sumó tres oros y, ayer, la plata en los 50 libres. La alegría es completa, aunque siempre pensando en presente; en futuro, pese a la clasificación a Tokio, nunca se puede hablar.
"No tenía tantas expectativas, para nada, nunca ha estado en mi mente ganar una medalla de oro, siempre trabajamos para eso, pero nunca lo vemos tan real como tenerla", dice Abarza.
El síndrome de Charcot-Marie-Tooth, diagnosticado a los dos años, lo hace perder poco a poco el control de los músculos. Beto asegura que el deporte le ha servido a él y a muchas personas en situación de discapacidad a mostrar que no son distintos. "Siempre he dicho que existe la persona exitosa y la persona que es feliz, yo prefiero lo segundo", asegura.
"No veo el deporte paralímpico como un escape, sino como una manera de mostrarle a todo el mundo que somos capaces de hacer esta y un millón de otras cosas. Si hay un libro a metros de altura, necesito que me lo alcances, pero no que me lo leas", explica.
"Lo que me deja el deporte, más que la medalla, es este camino que recorrimos, para poder llegar a ella", agrega, poco después de subirse al podio por cuarta vez en Lima 2019.
Un regalo
En Perú, Abarza consiguió la clasificación a los Juegos Paralímpicos de Tokio, pero ese logro será una alegría que no necesariamente disfrutará. Sabe Abarza que la enfermedad que lo aqueja no perdona y si dice que hay que disfrutar cada competencia, cada minuto, no es por nada. El pronóstico es que su cuerpo se irá apagando poco a poco, en algún momento perderá toda movilidad: "Tokio 2020 es un regalo, pero sinceramente no me lo planteo mucho. Lo veo con mucho respeto, pues el destino dirá si vamos a poder estar presentes. Sería lindo poder estar, pero si voy, hay que representar bien al país".
Vestido con el uniforme del Team ParaChile, Beto no duda en confesar que ya ha pensado en que tal vez tenga que ceder el cupo país: "Hay seis o siete chicos capacitados de ir a hacer un buen papel a Tokio y estarán felices de llevar esta bandera".
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