El sábado, la salida de Carlos Palacios remeció a la Roja. El delantero de Colo Colo era liberado de la convocatoria de la Selección, a días del partido ante Colombia. El encuentro es decisivo para el equipo de Ricardo Gareca, que después de la caída ante Brasil y la victoria de Perú sobre Uruguay, literalmente, tocó fondo: es el colista de la tabla de las Eliminatorias. “La Gerencia de Comunicaciones y Asuntos Corporativos de la Federación de Fútbol de Chile (FFCh) informa que el seleccionado nacional Carlos Palacios ha sido liberado de la convocatoria debido a que el jugador informó tener problemas personales”, publicó la Roja a través de sus canales oficiales, dando cuenta de la marginación. No profundizó en las razones. La sensación era, derechamente, que había abandonado el barco.
La polémica no tardó en encenderse. Las críticas apuntaron de inmediato a La Joya por restarse de la convocatoria justo en el momento en que la Roja necesita la mayor conjunción de fuerzas. En esa lista se inscriben referentes como Gonzalo Jara. “Esta es una generación que siempre estuvo para la selección, nunca se negaron a ir. Siempre quisieron vestir la camiseta de Chile y nos tocó perder muchas veces”, afirmó el de Hualpén en su despedida. Rodrigo Pérez también lo fustigó. “De valientes se cuentan historias, no de cobardes”, escribió el excapitán de Cobreloa, quien también jugó por la Roja y enfrentó el complicado proceso rumbo a Corea Japón 2002, en el que la Roja terminó en la última posición. Al exhispano, por cierto, se le vio en una función del circo Los Tachuelas.
Un antecedente generó más sentido que nunca. Hubo quienes, también, recordaron la amenaza del delantero después de la victoria del Cacique sobre Universidad Católica. El nacido en Renca ya daba indicios de querer borrarse del proceso de Gareca. “Personalmente, lo he dudado. Siempre he querido ser campeón en Colo Colo y el año pasado no pude. Ahora, que está ahí en las manos, es difícil tomar una decisión. A mí me lo preguntaron y dije que no iba a responder nada todavía porque no estaba seguro. Es difícil la situación porque uno siempre quiere defender a su país, más en estos momentos, donde la Selección no pasa por un buen momento”, deslizó esa noche, en el Monumental. Poco después, fue llamado a terreno por sus compañeros. Figuras albas como Arturo Vidal y Brayan Cortés antepusieron a la Selección por sobre cualquier otro interés, incluido el equipo albo.
Por lo mismo, en la conferencia de prensa previa al duelo de Brasil, el Tigre fue claro en su mensaje. “Lo de Palacios no estaba enterado de ese comentario que hizo. No puedo decir nada. Lo convocamos porque nos gustó, nos rindió y lo vimos muy metido. No llegó a mis oídos ese comentario, en este caso hay que preguntarle a Carlos que aclare su situación (...) El jugador que es convocado tiene que estar al 100%. No hay nada más importante que la selección. No existe nada más importante, respetando a los clubes, pero la meta de cada jugador es representar al país”, dijo el argentino.
La salida de Palacios, sin embargo, alegró a varios fanáticos del cuadro de Macul. Los hinchas del Cacique se frotaban las manos ante la posibilidad de contar con una de las figuras del equipo de Jorge Almirón para el decisivo partido frente a La Calera, en el que pueden alcanzar la punta del Campeonato Nacional. Sin embargo, el lío es mucho más complejo.
El día clave y el reglamento
La información oficial de los “problemas personales”, a la que adscribió, por ejemplo, Arturo Vidal, quien respaldó a Palacios, cedió terreno frente a la de la pataleta. En la Roja sostienen que la reacción del ariete obedeció a que en las últimas prácticas no apareció en el equipo presuntamente titular, una condición que tampoco había tenido en la caída ante Brasil, en la que ingresó apenas en los 75′, en reemplazo de Diego Valdés.. Que ahí se ‘amurró' y decidió irse. Hasta ahí, nadie sabía de inconvenientes íntimos. Cuando Gareca se enteró, explotó. Su reacción inicial fue descartar al exjugador de Unión Española de todo el proceso. “No lo va a llamar más”, apuntan en el seno del combinado nacional, más allá del discurso público del estratega.
El lío escaló. Primero, porque varios presidentes de clubes se comunicaron con Pablo Milad para pedirle explicaciones y, principalmente, para exigirle que tomara medidas. Veían la decisión de Palacios como una respuesta a la negativa a recalendarizar el partido de los albos frente a Unión La Calera. Incluso surgió un dato: que la dirigencia alba se había comunicado con cada uno de los convocados para que dejaran la concentración tras el portazo de la sede de Quilín a la reprogramación del cotejo frente a los cementeros. El único que aceptó la “invitación” fue Palacios.
Sus compañeros de Selección no se enteraron de su salida hasta el sábado en la mañana, en la práctica matutina de la Roja. Eduardo Vargas, uno de los jugadores con más experiencia del plantel, se descargó en las redes sociales. “Siempre es un orgullo querer vestir la camiseta de tu país. Independiente de los resultados, nunca me bajaré de este barco”, escribió el delantero casi inmediatamente después que se oficializará la partida de Palacios.
Sin embargo, lo más determinante son las consecuencias que puede producir la deserción de Palacios, ya no solo a nivel personal. Su determinación activó las alarmas en los equipos jurídicos de los clubes, que comenzaron a explorar, por ejemplo, los alcances de que, eventualmente, Almirón utilice a Palacios frente a los cementeros.
El Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores es claro en este sentido. “En el supuesto de infracción de la normativa expuesta relativa a la liberación de jugadores, de acuerdo con el articulo 6 del Anexo I del RETJ, la Comisión Disciplinaria de la FIFA podrá adoptar las sanciones oportunas en base al Código Disciplinario. A pesar de que en este articulo el RETJ no es muy claro, de acuerdo con el articulo 5 del Anexo I del RETJ, el rechazo a la liberación supone que el jugador en cuestión no podrá jugar con el club al que pertenece (salvo autorización de la asociación que lo convoca) durante todo el periodo que dure o debiera durar su liberación, más un periodo adicional de 5 días. Así, y en el supuesto de rechazar la liberación, el jugador tendría la condición de ‘no elegible’ y, por tanto, si el club alinea a dicho jugador durante el periodo que debió ser liberado, se expone a las consecuencias estipuladas en el artículo 55 del Código Disciplinario de la FIFA”, advierte una publicación de Senn Ferrero Sports and Entertaiment.
¿Cuáles son esas consecuencias? La más atingente para el caso indica: “En caso de que un jugador participase en un partido oficial para el cual no es elegible, se sancionará a su equipo con derrota por retirada o renuncia (véase art. 31) y una multa de 6.000 CHF como mínimo”.
La publicación supedita a una autorización, en este caso de parte de la ANFP, la posibilidad de que el jugador sea elegible para un partido por su club sin arriesgar sanciones parte de la FIFA. “En la práctica, si un determinado jugador no desea ser convocado por su selección por algún motivo personal, o el propio club solicita a la asociación convocante una excepción por alguna razón deportiva, lo habitual es que se llegue a un entendimiento amistoso con el fin de evitar la intervención de FIFA y las posibles consecuencias disciplinarias”, consigna. Especialistas en la materia atribuyen, incluso, un rol decisivo al comunicado que emitió la ANFP. “La Gerencia de Comunicaciones y Asuntos Corporativos de la Federación de Fútbol de Chile (FFCh) informa que el seleccionado nacional Carlos Palacios ha sido liberado de la convocatoria debido a que el jugador informó tener problemas personales”, expresó la entidad. Estiman que el concepto “liberado” es clave para que no existan contratiempos para los albos.
¿Hay precedentes? Sí. En 2017, el camerunés Joel Matip, quien ayer anunció su retiro y entonces militaba en el Liverpool, entró en conflicto con la federación de Camerún. Los ingleses dudaron y consultaron a la FIFA respecto de su elegibilidad. La federación internacional determinó que el jugador había renunciado públicamente al combinado nacional dos años antes, lo que eximía de sanciones al club.
El Cacique, en alerta
En el Monumental parten de una premisa. “¿Quién dijo que iba a jugar?”, responden respecto de la posible, y para el caso riesgosa, participación de Palacios en el partido ante los cementeros. La misma postura había manifestado el gerente deportivo, Daniel Morón en Talcahuano, después de la victoria sobre Huachipato. “No sabemos cuándo (vuelve a jugar), queremos ser muy respetuosos de la persona de Carlos, por algo él tomó esa decisión y queremos respetar su problema que tiene hoy”, declaró.
Aún así, en Macul admiten precauciones. “Si lo de Carlos genera incertidumbre, el cuerpo técnico no lo va a utilizar”, establecen. Y agregan: “Colo Colo tienen expertos en esta materia que están trabajando”. Sin embargo, desde Blanco y Negro aseguran que no debiese haber problemas considerando que la ANFP, a través de un comunicado, informó la liberación del jugador. Después de bregar intensamente para quedar en condiciones matemáticas de superar a la U en la tabla de posiciones, el Cacique quiere cerrar cualquier flanco de arriesgar la opción de que le puedan arremeter por el título a través del escritorio. Los abogados están en alerta.