De acampada nocturna por una entrada
Adultos mayores, trabajadores y escolares se sacrificaron por obtener un ticket para ver a la Roja.
Mujeres octogenarias, escolares por docenas, más de algún trabajador que inventó una enfermedad repentina. La mayoría, cubiertos por sacos de dormir o simples frazadas. Pasaron la noche ahí, en avenida Estadio, en la fría y húmeda noche serenense. Todo por una entrada para ver fútbol femenino, en un fenómeno que sorprendió hasta al más previsor de los organizadores de la Copa América.
Los colegiales explican que faltarán a clases y cuando se les pregunta por sus nombres, demoran un tanto, como buscando cuál usar para no ser reconocidos en sus establecimientos educacionales. Un grupo de cuatro de ellos, en una carpa, todos con el permiso de sus padres, pero con temor a recibir alguna represalia académica por privilegiar el fanatismo por sobre los deberes estudiantiles.
La situación llegó a tal nivel de masividad que Carabineros dispuso 40 efectivos y un retén móvil para mantener el orden. Como buena ciudad de provincia, los policías hacían vista gorda con algunos comerciantes ambulantes que ofrecían café, queque y bebidas a los esforzados hinchas, algunos con más de 24 horas tirados sobre el pavimento. Tanto así, que varios efectivos de la fuerza pública aparecieron durante la madrugada de ayer, miércoles, con bandejas y vasos de café para entibiar la sangre de los esforzados fanáticos.
La distribución de las entradas comenzó a las 9.00. Y en una hora se agotaron. Eran 14 mil y cada adulto tenía derecho a dos, mientras que los adolescentes entre 17 y 15 años recibían sólo un ticket. "Vine desde Vicuña con mis compañeros", dice Pablo, de 16 y alumno de tercero medio. Pasó la noche ahí. "Pero a las 9.00 tendré mi entrada", dice satisfecho, cuando aún faltaban casi tres horas para que se cumpliera su deseo, en una muestra del fenómeno que la Roja femenina desató en la Cuarta Región.
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