No pudo ser para Nicolás Jarry (23° ATP). En cuartos de final el chileno se despidió del Masters 1000 de Miami luego de caer por 2-6 y 6-7(9) ante Daniil Medvedev, cuatro del mundo, finalista del Abierto de Australia 2024 y campeón defensor del torneo que se disputa en Florida.
Despedida que duele, pero que de todas formas cierra una semana llena de hitos para el actual campeón del ATP 250 de Ginebra. Se transformó en el primer nacional desde 2004 en meterse a la ronda de los ocho mejores del Miami Open, ganó 180 puntos que le permiten volver al puesto 22 del ranking y sumó su novena victoria ante un Top 10 luego de derrotar por 7-6 y 6-3 a Casper Ruud (8°) en los octavos de final. Todo aquello, en un torneo que no jugaba desde 2019, en lo que fue la primera edición del Masters 1000 en Miami Gardens, luego de abandonar el mítico Crandon Park en Key Biscayne.
El marcador del primer set fue decidor y también reflejó a la perfección lo que sucedió en la cancha principal del Hard Rock Stadium, recinto de los Miami Dolphins de la NFL. Ya sea por el cansancio acumulado que tenía el chileno (más de ocho horas de juego después de tres partidos) o porque el juego del moscovita es el que más complica el arquetipo de Jarry, las diferencias fueron notorias en el arranque.
Medvedev es dueño de uno de los estilos más ortodoxos del circuito ya sea por los gestos al golpear o por sus propios dotes y es que no es normal que un jugador de 1,98 metros de altura, dueño de un saque potente y una derecha agresiva, sea una tenista que reciba pegado al fondo de la cancha y se dedique a pasar pelotas como si no hubiese un mañana. “Es una pared”, había mencionado Jarry en la previa. Un apodo al que hizo honor sobre el cemento azul del Hard Rock Stadium.
Jarry intentó controlar aquello con algunas variantes en su juego, pero lo cierto es que el campeón del US Open 2021 siempre encontró las respuestas. No le hacían daño los tiros potentes ni las derechas en profundidad del nacional. Siempre devolvió una pelota más. Así forjó el quiebre en el cuarto juego y así cerró el parcial con otro castigo en el octavo.
Ya en el segundo set, el chileno logró llevarse más juegos y mostrar más dominio en sus juegos de servicio, algo que finalmente terminó por acortar las diferencias también en la devolución. En los primeros cuatro juegos de saque del ruso en ese set solo ganó dos puntos, mientras que en los siguientes dos se llevó seis. Incluso tuvo chance de quiebre cuando estaban cinco iguales.
La paridad definió todo en el tiebreak. Uno en donde el santiaguino consiguió mini quiebres, pero en donde terminó cediendo ante un jugador a momentos irreal de Medvedev, quien celebró tras concretar el 9-7. Jarry salvó dos match point en contra, pero no pudo en el tercero. Se despidió ante un jugador que cometió solo seis errores no forzados en todo el cotejo.
Jarry deja Estados Unidos con el balance positivo de haber replicado su mejor actuación en un Masters 1000 tras su experiencia en Shanghái el año pasado. También lo hará con el puesto 22 del ranking mundial asegurado y 180 puntos en el bolsillo. Algo importante, si se piensa que tendrá que defender 540 unidades de aquí hasta Roland Garros. Serán 180 en París, 90 en Montecarlo, 20 en Barcelona y 250 en Ginebra, donde fue campeón.
Medvedev en cambio sigue pensando en Miami. En semifinales enfrentará a Jannik Sinner (3°), quien viene de derrotarlo en la final del Abierto de Australia en enero de este año. Para el ruso un partido especial no solo por aquello, sino porque sigue en búsqueda de poder defender su primer título profesional. Ha sido campeón en 20 oportunidades, nunca ha podido levantar una corona en años consecutivos.