"Mi cuerpo está roto sin reparación", así, Linsay Vonn anunciaba su retiro. Nacida en Minnesota, Estados Unidos, su entrenador le dijo que era lenta, pero no escuchó. Con 34 años, ayer puso fin a una carrera cargada de oros, en la que sumó 82 victorias, siendo la esquiadora más exitosa, a solo cuatro del máximo vencedor, el sueco Ingemark Stenmark, en el descenso. Ayer, de hecho, se colgó un nuevo e inesperado bronce en el Mundial de Are, Suecia.
Con dos grandes lesiones en las rodillas, operadas cuatro veces, y con la izquierda ya sin ligamento lateral colateral, las recuperaciones y preparaciones físicas se conviertieron en el ritual esencial de la norteamericana. Por ello es que, a pesar de sus grandes éxitos, lo que más le aplauden es la habilidad que tuvo para sobreponerse a tantas dolencias.
Su viaje en Juegos Olímpicos empezó en 2002, con apenas 17 años, sorprendiendo con un sexto lugar en el combinado, pavimentando así lo que sería una gran carrera. Dos juegos después, en Toronto, llegaría lo que ella denomina su mayor victoria: el oro en descenso. Fue la primera estadounidense en lograrlo. Tras su despegue, logró por tres años consecutivos el título de overall en Copas del Mundo, siendo la tercera mujer en conseguirlo. Además, con los años llegaría otro reconocimiento: estar entre las seis mujeres que han logrado triunfos en todas las disciplinasdel esquí alpino (overall, descenso, combinado, super G y slalom gigante).
Su carrera estuvo marcada por cicatrices, operaciones y triunfos, como también de amoríos. Su romance con Tiger Woods fue portada en todas las revistas. Ya había tenido un matrimonio con el esquiador Thomas Vonn, del cual conservó el apellido que la hizo famosa. Hoy, su corazón sigue sobre hielo, pues es pareja del hockista canadiense PK Subban.
Su último gran triunfo fue el bronce Pyeongchang, en descenso, donde se transformó en la esquiadora más longeva en lograrlo.
Su futuro es incierto. Ha esbozado intenciones de formar una familia y seguir su trabajo en la fundación donde ayuda a niñas a seguir sus sueños deportivos y académicos. Eso si antes, intervendrá su rodilla por quinta vez, pues quiere esquiar con sus hijos cuando sea el momento.
La reina se retira, pero su lugar no queda vacío, la también estadounidense Mikaela Shiffrin asoma como la próxima gran campeona del esquí alpino. Con 58 triunfos y 23 años, tiene toda la carrera por delante para superar no solo a Vonn si no que también el récord histórico de Stenmark.