Cuando pase el tiempo y se hable del Mundial de Qatar, no hay dudas que Marruecos será uno de los temas centrales de la conversación, y es que han hecho historia no solo a nivel país, sino continental. Con su victoria ante Portugal en la ronda de los ocho mejores se transformaron en la primera nación africana en decir presente en las semifinales de una Copa del Mundo. Lo consiguieron en un partido rudo, donde pelearon en gran parte del juego y en donde terminaron celebrando gracias a un gol de Youssef En-Nesyri. El 1-0 ante el equipo de Cristiano Ronaldo se celebra en todo África.

Un partido que comenzó con un Marruecos que respetaba el estilo que los tenía entre los ocho mejores del Mundial. Muy ordenados defensivamente, su propuesta siempre ha estado enfocada en defender en masa y buscar salidas verticales para sus extremos. Algo que condimentan con una entrega total. Corren y pelean hasta llegar al límite, jugando en cada ronda el partido de sus vidas.

Y no es para menos, ya que no representan solo a un país de 37 millones de personas, sino que a todo el continente africano. Su viaje en Qatar los puso hace unos días como la cuarta nación de ese continente en llegar a los cuartos de final de la Copa del Mundo (Camerún lo hizo en 1990, Senegal en 2002 y Ghana en 2010) y hoy los instaló como los primeros en llegar a la ronda de los cuatro mejores. Un hito que también permite que a la ronda de los cuatro mejores lleguen países de tres continentes distintos.

Con eso en mente y corazón, jugaron un primer tiempo perfecto. Contuvieron al ataque portugués (que arrancó sin Cristiano Ronaldo, pero con Joao Félix, Gonçalo Ramos y Bruno Fernández) y lograron incluso cosechar el primer gol del partido, cuando solo quedaban tres minutos de la primera parte. Fue un centro al área que provocó la confusión de Diogo Costa y Rúben Díaz. Ni el arquero ni el central pudieron ponerse de acuerdo y Youssef En-Nesyri entró en escena.

El delantero del Sevilla se adelantó a sus rivales y metió un cabezazo que desató la locura en África completa. Fue un momento de éxtasis que también cambió la lógica del partido. Mientras Marruecos bajó aún más sus líneas, los europeos salieron con todo a buscar el empate.

Aquello incluso provocó que Cristiano entrara a la cancha en el minuto 50 del partido y que antes del 70′, Fernando Santos realizara otros dos cambios ofensivos. Fue un segundo tiempo en donde Portugal buscó de manera casi desesperada el arco contrario, usando incluso en algunos momentos a Rúben Díaz como delantero, siendo que aún quedaban más de 20 minutos por jugarse.

Lo intentaron generalmente con centros, aprovechando la altura del ex United, pero el resultado no se movía. Marruecos básicamente ya no tocaba la pelota (Portugal quedó con 73% de posesión) y su juego era correr tras una pelota que se movía a gusto de sus rivales.

En esa contención, también tuvo un rol clave Bono. El arquero del Sevilla aportó con un tapadón en el 82′ tras un tiro de Joao Félix, quien no pudo replicar su actuación brillante ante Suiza. En los minutos finales, siguió siendo figura, conteniendo un gran tiro de CR7 en los primeros 60 segundos de agregado.

Pero el drama duró hasta el final. Cuando iban en el 93′ una doble amarilla dejó a Marruecos con diez hombres en cancha, quienes incluso pudieron liquidar el partido 120 segundos después con una contra que no aprovecharon. Finalmente el gol de Portugal no llegó y Marruecos se transformó en el epicentro de una fiesta que se vive en toda África. Cristiano por su parte dejó la cancha entre lágrimas, en lo que puede ser su último partido en un Mundial.

Los ganadores por su parte ya piensan en el día miércoles, cuando les toque enfrentar a Francia por un paso a la final.