Por la segunda fecha de la Premier League, el Manchester City no lo pasaba bien ante el Tottenham. Jugando en casa, los citizens batallaban para volcar en su favor el hasta ese entonces 2-2 parcial. Fue ahí cuando Pep Guardiola decidió sustituir a Sergio Agüero. Y Troya ardió.
Al Kun no le gustó el cambio y se lo hizo saber al entrenador español, con quien se enfrascó en una evidente discusión cuando iba camino a la banca. Incluso uno de los asistentes del City tuvo que contener al DT, quien seguía recriminando al argentino.
Avanzado el partido el City logró el tanto de la victoria. O al menos eso parecía, hasta que el VAR lo anuló. En medio de esa celebración, técnico y jugador se abrazaron para sellar la reconciliación. Después del juego repetirían el gesto.
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