El clima está muy convulsionado en Uruguay tras las palabras de Luis Suárez, quien acusó conductas de Marcelo Bielsa que afectaron la convivencia grupal durante la Copa América. Uno de los ejemplos que el Pistolero puso sobre la mesa la mala relación del DT con Agustín Canobbio, confirmando un secreto a voces.
Faltaba precisamente la versión de Canobbio, quien no se guardó nada y reconoció la mala relación con el entrenador, quien dejó de considerarlo para los partidos eliminatorios. “Sabía lo que me esperaba después de mi reacción y de lo que le llegué a decir a Marcelo (Bielsa) en la cara. Hubo muchas faltas de respeto y tantas faltas de respeto constantes, y yo que soy muy respetuoso en todo mi andar, bueno, llegó un punto de estallar”, reconoció a Minuto 1 de radio Carve Deportiva, de su país.
“Dejé abierto una interpretación de cada uno y no fue lo ideal. Quería hablar y no era el momento porque se iba a hablar de que está enojado, de que no jugó… Te da tristeza, pero preferí callar, también para no manchar al grupo”, señaló, para explicar sus enigmáticas declaraciones al regreso de Estados Unidos.
“Sabía las consecuencias que se podían venir, pero actué igual y fui de frente con mis valores y códigos que me inculcaron desde chico”, sostuvo, y reconoció encontrarse “muy bajoneado” en la Copa América de Estados Unidos, aunque reveló que los problemas con el DT comenzaron antes, en un partido por Eliminatorias durante el 2023.
“En el 2023 hubo una fecha que a mi me impactó mucho. A mí me echó la culpa de haber perdido un partido. ¿Un jugador solo había perdido un partido? Fue contra Ecuador. Había hecho un gol y generado la otra situación de gol y a ver, somos 11 jugadores adentro de la cancha, un plantel y me echó la culpa de haber perdido el partido”, reveló.
Me responsabilizó. En ese partido yo me sentí muy bien técnicamente. Me chocó mucho la manera en que se me dijo”, complementó.
Luego desclasificó lo ocurrido en Estados Unidos. “Después en la Copa América, faltaban dos semanas y media para empezar el primer partido y ya él tenía su grupo. (Por otro lado) paraba a seis o siete jugadores, sumando a los sparring, y hablaba con el otro grupo, después nos dejaba a nosotros mirando de afuera cómo hablaba con ellos”, lamentó.
El rol de Suárez
Junto con decir que todo lo que expuso Suárez es cierto, Canobbio contó que el delantero quiso interceder ante Bielsa: “En esa práctica que se separó el grupo habíamos tenido un intercambio de palabras con Marcelo y se me minimizó en frente a todo el grupo y ahí fue cuando Luis me dijo ‘pará, déjame hablar a mí, no te expongas vos’”.
“Fue a hablar, no recibió las respuestas, estuvo siete minutos hablando Luis y no tuvo ninguna respuesta y ahí fui yo a apaciguar las cosas para poder tener una convivencia tranquila y amena y, bueno, tampoco recibí una respuesta, sí mucha contradicción. Me decía que había jerarquías dentro de lo que es un plantel y después se refería al grupo como que éramos todos iguales, como que a mí me hablaba de una cosa y al grupo de otra y no terminaba yo entendiendo para dónde ir. Y después me enfrentaba a mí, mano a mano, para mandar un mensaje claro al grupo de quién era el que mandaba, solo en contra mío”, prosiguió.
También el atacante de Athletico Paranaense detalló otra situación. “Un ejemplo claro, estaba dando una reunión frente a todos por una cosa en especial de que él veía que se tenía que hacer determinada cosa como él quería y yo estaba sentado, escuchando solamente, después de todo lo que había pasado, nos estábamos por ir a Las Vegas, y por tener mis dos piernas apoyadas en las patas de la silla me empezó a recriminar que era una falta de respeto, de educación. O sea, ya metiéndose con la educación de mi familia, cuando yo no estaba haciendo nada, estaba solo apoyado en la parte de abajo de la silla”, comenzó describiendo.
“Parecía que me estaba recriminando algo que no tenía nada que ver, y bueno, ahí ya lo miré como diciendo ‘pará un poco’, porque sinceramente no soy un tipo que aguanta todas, y ya venía de muchas, y ahí empecé a tener pocas pulgas, y al final terminé estallando, que no fue solo ese partido. Antes de Canadá se me acercó y me dijo que esté atento, que iba a jugar, que podía entrar, pero no solo me lo dijo a mí eso, se lo dijo a todos igual, jugó un poco con mi mente y después, con todo lo que había pasado, estallé. Una reacción un poco sacada, pero creo que fue algo normal de una persona que tiene sentimientos, no somos robot, en cada trabajo si un jefe los ningunea de esa manera, o si los maltrata, si los humilla de esa manera...”, sentenció.
“Yo he soportado mucha cosa en lo que va de mi carrera, pero llega un punto en el que bueno, somos humanos y tenemos ese temperamento, por lo menos yo. Valoro lo que soy como persona y como jugador, y no me voy a dejar ningunear por nadie, sea quien sea. Si bien él es el entrenador, es el jefe de nosotros, hay gente por encima de él que tampoco se las respeta. Se lo deja hacer eso y él aprovecha”, agregó.