Ahora con River en la lista: ¿por qué Sudamérica odia a Arturo Vidal?

Arturo Vidal suma un nuevo enemigo en Sudamérica.
Arturo Vidal suma un nuevo enemigo en Sudamérica. Foto: Photosport.

Apenas el juez Andrés Matonte dio por cerrada la victoria de River Plate, el plantel Millonario se fue directamente a encarar al volante chileno para reprocharle sus dardos en la previa al encuentro. Con este antecedente, el King sumó una nueva polémica a su largo historial.



Sin mayor estridencia, luego de que se cumplieran minutos de adición, el juez uruguayo Matonte le puso término al choque entre River Plate y Colo Colo. Los jugadores albos se aprestaban a retirarse del campo de juego, con la cabeza en alto por luchar hasta el último minuto. Sin embargo, el plantel Millonario dejó de lado los festejos y prácticamente los once jugadores se abalanzaron sobre Arturo Vidal para reprocharle sus dichos que marcaron la previa al encuentro.

Es que Vidal se gana otro enemigo en Sudamérica. La previa al duelo con River Plate estuvo marcada por los dichos del King. En Buenos Aires no le perdonaron las palabras de la semana pasada. “Tengo más títulos que todos los de River”, había sentenciado. Ni sus posteriores explicaciones fueron suficientes para evitar la hostilidad en el cotejo donde Colo Colo se despidió de la Copa Libertadores. Al cierre del compromiso, el volante fue encarado por el plantel dirigido por Marcelo Gallardo. Una situación que se repite en el certamen continental.

En la jornada de este martes, el ex Bayern Múnich hizo ruido desde el calentamiento, cuando respondió a los cánticos con gestos con las manos. Al cierre, cuando se dirigía al vestuario del Más Monumental, el King le realizó muecas al público, con gestos de llanto y otras provocaciones.

Además, el King se quedó estancado en gol de River. Fue al minuto 16 que Santiago Simón recuperó una segunda pelota que metió al área y Facundo Colidió arremetió en solitario para batir a Brayan Cortés. El guardameta, Leonardo Gil y Alan Saldivia pedían fuera de juego. Sin embargo, fue Vidal quien no salió de su posición y habilitó en casi un metro al atacante transandino. El ex Bayern Múnich, consciente de su error, no se sumó a las protestas de sus compañeros.

Su polémica con Junior, en los octavos de final

Junior de Barranquilla, en los octavos de final, también tuvo su round con el King. Los cafetaleros no ocultaron su molestia por los alardes del Rey en las redes sociales. Antes del partido, en su particular estilo, que mezcla elocuencia con una seguridad que para muchos constituye soberbia, el volante albo había dado muestras suficientes de que ni siquiera admitía un atisbo de dudas respecto del éxito de la misión en Colombia. “Estoy listo para jugar. Vamos a masacrar. Vamos a dejar la vida en la cancha”, había manifestado en un live en Instagram. La transmisión incluyó mensajes de aliento a Mauricio Isla y a Javier Correa, quien antes se había llevado otras muestras de respaldo de parte del exvolante del Inter de Milán, el Bayern Múnich y el Barcelona.

Vidal, ducho en estas lides, no reaccionó frente a las provocaciones de los cafetaleros. De haberlo hecho, se exponía a una potencial sanción que le habría marginado de lo que realmente le importa: contribuir a que Colo Colo se acerque a un sueño. “Vamos por la segunda”, ha dicho en reiteradas oportunidades, en otro derroche de confianza, ahora relacionado con la posibilidad de añadir esta Copa Libertadores a la que la escuadra de Macul obtuvo en 1991, de la mano de Mirko Jozic. En su caso, también podría tratarse de una alusión a su palmarés personal. Ya pudo ganar la Libertadores en 2022, con Flamengo. Era uno de los títulos que le faltaba. El otro sigue siendo la Champions League. Una vez que finalizó el partido, con la clasificación de los albos, Arturo Vidal fue increpado por los jugadores de Juniors. Tuvo que ser retirado por sus compañeros, que le hicieron un resguardo para que no se enfrascara en las discusiones que le podrían haber significado una expulsión.

Una condición que incomoda

El King añadió a Argentina a la lista de lugares donde no es bien recibido. Por la frontalidad de sus mensajes, por su excéntrica personalidad o, derechamente, por la envidia que despiertan sus interminables logros deportivos, y más aún los limitados, pero significativos que alcanzó con la Selección, a Vidal lo odia casi la totalidad de Sudamérica.

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El accidente en el Ferrari marcó la carrera de Vidal.

Perfectamente, de hecho, se puede establecer una suerte de cronología, que nace en 2015, cuando, en plena Copa América, el primer título internacional de la Roja, protagonizó un sonado accidente mientras conducía su Ferrari, a la salida del casino Monticello. Esa situación lo transformó en objeto de burlas en toda esta parte del mundo.

La condición de campeón continental que tuvo la Roja, que más tarde se amplió a la de bicampeón, por la obtención del título en la Copa América Centenario que se organizó en Estados Unidos agrandó la animadversión hacia Chile. Y, por supuesto, hacia Vidal, quien, por cierto, no dudaba en relucir el nuevo estatus del combinado nacional en el concierto continental y mundial.

El largo historial

El historial es largo. En Perú, por ejemplo, no olvidan el elocuente rayado que dejó la Roja en la visita a Lima en 2015: “Respeto. Por aquí pasó el campeón de América”. Ni siquiera se considera que el autor del mensaje no fue, precisamente, Vidal. En Paraguay, hasta José Luis Chilavert se le cruzó. “Borracho”, fue el concepto que utilizó el emblemático exguardameta para reaccionar a lo que consideró otro de sus alardes. “Para nosotros será una revancha, cuando nos ganaron allá celebraron como si fueran campeones del mundo”, había declarado. Lo peor es que Chile no logró vencer a los guaraníes en el camino hacia Rusia 2018. De hecho, cayó en ambos duelos eliminatorios ante la Albirroja.

En Bolivia tampoco le recuerdan de buena forma. “Chile comenzó a creer que ganaba con el puro nombre. Recuerdo las declaraciones de Vidal cuando empatamos en Santiago. Salió a decir que para nosotros era una victoria porque éramos un equipo que se colgó del arco. Lo respetamos, pero en el fútbol toda da vuelta y nada es para siempre”, sentenció Jhasmani Campos. Y, luego, detonó una bomba. “Vidal cuando fue sustituido se empezó a poner nervioso en la banca. Se puso a discutir con nuestro entrenador y con otros jugadores. Pero es entendible porque está con mucha presión por el momento que están pasando. No debe ser fácil el momento. Pero su comportamiento no es bueno como imagen para su país”, disparó.

Argentina, un caso aparte

Argentina es un caso aparte. Digno de análisis, de hecho. En el país transandino respetan la trayectoria futbolística de Arturo Vidal. Hace un par de años, de hecho, la posibilidad de que se transformara en refuerzo de Boca Juniors generó entusiasmo. Nadie cuestionaba que pudiera transformarse en un aporte a los xeneizes e, incluso, a la jerarquización de la competencia. Esa vez, el Rey optó por irse a Flamengo, por la notoria diferencia económica de la propuesta y por la mayor certeza de poder optar a la obtención de la Libertadores. En ventanas de mercado anteriores a su regreso al Cacique, la opción se mantuvo latente.

Sin embargo, al otro lado de la cordillera hay quienes no olvidan el protagonismo de Vidal en las dos decepciones que sufrieron antes del virtuoso ciclo que los devolvió a la cima del mundo. Y en ese plano, cada cierto rato, vuelve a circular un meme que muestra a Vidal junto a sus hijos y un mensaje que, otra vez, derrochaba confianza. “Descansen, hijos míos. Papá tiene que trabajar y llevar a Chile al Mundial”, escribió. Los transandinos suelen bromear con que los vástagos de Vidal aún no despiertan.

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