Endrick Felipe es una de las figuras más promisorias del fútbol brasileño. Con solo 17 años, el delantero de Palmeiras deslumbra al mundo no solo por su talento sino que por su extrema madurez, a pesar de ser solo un adolescente. Lejos de las extravagancias que pudiesen dar las luces y la fama, el futbolista ha dado contundentes señales de mantener los pies sobre la tierra y eso lo ha demostrado con acciones. La más reciente, una emotiva carta a su hermano de cuatro años.
El sitio especializado The Players Tribune le propuso al goleador escribir unas líneas y el resultado terminó siendo conmovedor. Ahí le explica sobre cómo les está cambiando la vida a él y a toda su familia. “Querido Noah, no sé cuándo leerás esta carta, pero tienes cuatro años, y nuestras vidas están cambiando muy rápido. En los próximos meses, me iré a España para jugar en el Real Madrid. Sí, el equipo que siempre elijo en la Play cuando me ves jugar”, comienza.
“Te quiero. Esto es lo primero, por encima de todo lo demás. Desde el primer día, he sentido que teníamos un vínculo especial. Nunca te he dicho esto, pero cuando estabas a punto de nacer, en realidad me esperaste para marcar un gol”, continúa.
“Esta es mi oportunidad de contarte nuestra historia: Como sabes, en nuestra familia todo empieza y acaba con un balón. Mamá dice que cuando yo era un bebé yo solamente quería ‘bola, bola, bola’. Puedes preguntarle a mamá cómo yo solía presentarme a la gente… ‘Y ¿cómo te llamas?, chico’: ‘Endrick Felipe Moreira de Sousa, DELANTERO’”, narra.
También se detiene en aspectos biográficos muy complejos y cómo el balón le permitió salir de todas las carencias económicas, pero más allá de eso sin perder la felicidad. “Vivíamos en un lugar llamado Vila Guaíra, y nuestra vida era muy distinta de ahora. Con el tiempo oirás todo tipo de cosas sobre cómo era nuestra vida. Dirán que todo era dolor y sufrimiento. Pero la realidad es que yo viví una infancia fantástica, gracias a Dios, gracias a todo lo que mamá y papá sacrificaron por nosotros. Y gracias al fútbol, evidentemente”, relata.
“Nuestra calle estaba en esta colina. Solíamos jugar al fútbol allí con los chicos del vecindario y, en parte, el motivo por el que nos hicimos tan buenos fue que el balón siempre caía cuesta abajo, y el que fallaba el gol, tenía que ir a buscarlo a la favela de abajo. Tú fallas, tú corres”, recuerda en la misiva.
“Cuando yo tenía 15 años y me hice profesional con el Palmeiras, desde la conversación que tuve aquel día en el sofá con papá, sabía que había logrado mi primer objetivo: ayudar a mi familia a tener una vida mejor. En unos cuantos meses, voy a irme a vivir a España, y tú vendrás conmigo. El Real Madrid… ese fue mi segundo objetivo, el que nunca me atreví a escribir”, confiesa el autor del único tanto brasileño en la victoria sobre Inglaterra, el sábado.
La libertad
“Todavía recuerdo aquel día que vi a papá llorar. Yo tenía 10 años, y creo que fue la primera vez que entendí que nuestra situación era difícil. Papá dice que yo me senté en el sofá y le dije: ‘No te preocupes. Voy a ser futbolista y voy a conseguir una vida mejor para nosotros’”, describe en su relato acerca de un camino durísimo. “Antes de aquel día, yo solo era un niño, y el fútbol era solo un juego. Pero después de aquel día, el fútbol se convirtió en nuestro camino hacia una vida mejor”, añade.
También detalla los esfuerzos de su madre tras marcharse a Palmeiras: “Para mamá no fue nada fácil, ella dejó todo atrás. El club solo tenía espacio para mí, pero ella dijo que de ninguna manera yo me iría sin ella. Papá se quedó para poder trabajar, y ella se mudó conmigo a una pequeña casita, donde vivimos juntos con algunos de mis compañeros de equipo. Todos bajo un mismo techo”.
“Ella no tenía a nadie con quién hablar. Así que solía llevarse la Biblia al parque y se sentaba a hablar con Dios ella sola. En casa solamente tenía una silla. Dejaba su bolsa encima y dormía en un pequeño colchón en el suelo. La próxima vez que la veas, dale un abrazo y las gracias, porque sin sus sacrificios no tendríamos la vida que tenemos hoy”, prosigue.
Dentro de las grandes enseñanzas que dejan las palabras del goleador, profundiza el valor de tener la libertad para elegir y escribir su propio futuro: “Durante tres generaciones nuestra familia ha perseguido el sueño del fútbol. Pero ahora tú puedes hacer lo que quieras. Puedes ser médico, abogado. Ya persigues la pelota, igual que yo. Así que puedes ser futbolista si quieres”.
“Dedícate a disfrutar tu vida como quieras, hermano. Este es mi regalo para ti. Te quiero, hermano. Desde el fondo de mi corazón, Endrick Felipe Moreira de Sousa, DELANTERO”, concluye.