Alejandro Tabilo (25º ATP) llegó a Roland Garros con su semana soñada en Roma aún en el recuerdo de la mayoría de los tenistas del circuito. No cualquier jugador alcanza semifinales de un Masters 1000 siendo 32 del mundo. Menos lo logran dejando en el camino al número uno del mundo Novak Djokovic. El grupo es aún más pequeño, si se piensa en los que derrotaron al serbio en sets corridos, sin quiebres en contra y en apenas una hora y siete minutos de juego.

Por eso no es extraño, por más que el propio Tabilo confiese que el hecho le sorprendió, que Carlos Alcaraz (3º) y Jannik Sinner (2º) se hayan tomado un tiempo para reconocérselo en los pasillos del segundo Grand Slam de la temporada. Esa postal, es solo una de las que le menciona a El Deportivo desde su hotel en París, donde también explica el trasfondo del fin de su relación con Guillermo Gómez y el momento personal en que afrontará en el Abierto de Francia, donde debuta hoy, alrededor de las 08.30 ante el belga Zizou Bergs (102º), proveniente de las clasificaciones. Mientras que Nicolás Jarry lo hará ante el francés Corentin Moutet (79º), a eso de las 10.00.

En esta entrevista, Ale reflexiona sobre las claves detrás de su gran 2024, donde ganó el título del ATP 250 de Auckland, fue finalista en el Chile Open, llegó a semifinales del Masters 1000 de Roma y fue campeón el Challenger 175 de Aix-en-Provence. Logros que lo harán aparecer en el puesto 24 del ranking mundial, el mejor de su carrera. Además, se estrenará como sembrado en el grand slam parisino, en su primera participación en el cuadro principal tras varios intentos.

¿Siente que su estatus en el circuito cambió después de Roma?

No creo que mi estatus haya cambiado, pero creo que ahora más jugadores me conocen. Además, ha sido solo un torneo, hay que ver cómo sigue el año y tratar de mantenerme ahí. Ahí ya sería un cambio más grande por estatus, pero tengo que seguir de esta forma y tratar de mantenerme en esto. Lo que sí, al llegar a París sentí que me había ganado un poco el respeto de todos. Ahí hartos me vinieron a saludar, a darme felicitaciones, como Alcaraz y Sinner. Han sido muy buena onda. Es más eso que un cambio de estatus.

¿Cómo fue el saludo con Alcaraz?

Me sorprendió harto. Estábamos sentados en París y él vino directamente a saludarme y felicitarme. Me dijo que había sido una tremenda semana y que había jugado muy bien. Fue muy buena onda.

En 2024 ya suma un título ATP, unas semifinales de Masters 1000 y su mejor ranking ¿Cuáles han sido los cambios que lo llevaron a tener una temporada como esta?

El principal cambio fue físico, he estado aguantando muy bien todos los partidos, no importa si sean a tres sets o si esté jugando hartos partidos. Que el físico aguante sin lesiones ha sido fundamental y creo que la parte mental también ha sido muy importante y me ha estado ayudando bastante los casi seis meses que llevamos jugando este año.

Después del Masters 1000 de Madrid dejó de trabajar con Guillermo Gómez, ¿qué lo llevó a terminar esa relación tan larga?

Con Guille no tengo nada más que respeto. Ha sido una persona muy importante, una parte fundamental desde el principio. Me cuidó mucho cuando recién llegué a Chile y siempre me ha ayudado muchísimo. La separación ha sido dura, muy triste. Todos saben que compartíamos con Tomi (Barrios), pero ya con tantos torneos y con calendarios tan diferentes se había puesto muy difícil la parte logística y fue por eso más que nada. Hablando bien con Guille decidimos qué podía ser lo mejor para ambos, para mi tenis... Y con mucha tristeza tuvimos que separarnos y tomar esa decisión tan difícil.

¿Tiene claro qué es lo que va a buscar en su nuevo entrenador?

En este minuto estoy tratando de tomarme todo con mucha calma y después de Roland Garros decidir bien con quién probar. No creo que sea algo definitivo todavía, creo que va a tomar un buen tiempo ver con quién me gustaría definitivamente entrenar. Quiero ver algunas semanas de entrenamiento, algunos torneos para ver cómo vamos y definir.

Un Roma histórico

En la capital de Italia, el chileno nacido en Toronto entró en las páginas doradas del tenis nacional. Si bien sus logros hasta antes del Masters 1000 de Roma lo ponían como uno de los jugadores más destacados del milenio, ahora su apellido tiene otro peso.

Al derrotar a Djokovic se transformó en el segundo chileno en vencer a un número uno del mundo vigente y en el cuarto que consigue llegar a la ronda de los cuatro mejores en uno de los nueve torneos más importantes que organiza la ATP.

Con La Tercera recuerda su duelo frente al ganador de 24 Grand Slams, la frase que le dijo cuando se encontraron en la red y los detalles del intento de entrenamiento que tuvieron entre ambos justo en la previa a Roma.

¿Ha podido asimilar que le ganó a Novak Djokovic en un Masters 1000?

Ya más descansado, con la mente descansada, he pensado un poquito más en cómo fue el partido. Fue algo increíble, toda esa semana jugué a un nivel altísimo, donde le estaba pegando a casi todo y todo me estaba entrando. Son semanas que no siempre pasan así, pero que me dan mucha confianza de que puedo jugar a ese nivel de manera constante, por dos semanas como fue en Roma. Feliz por eso y ganarle a Djokovic es algo increíble, soñado y creo que nunca lo voy a poder creer del todo, pero obviamente me da mucha más confianza y me hace pensar que puedo competir con cualquiera. O sea, Djokovic es el mejor de la historia, entonces me da mucha confianza.

¿Qué le dijo Djokovic en la red al terminar de jugar?

Que hice un gran partido, que había jugado muy bien y que tuviese mucha suerte en la semana. Fue muy respetuoso y buena onda, así que bien de parte de él por ese lado.

También se dio la casualidad de que pudieron haber entrenado juntos la semana previa, ¿cómo se dio todo eso?

Me habló Charlie (Carlos Gómez-Herrera) que es su manager y amigo de Tomi (Barrios) y mío. Nos escribió para ver si existía una posibilidad de ir a entrenar una semana en Montenegro, si me interesaba, para que ellos empezaran a ver el tema de logística. En un principio le había dicho que sí, porque no sabíamos qué hacer esa semana, pero después no se pudo. Ahí nació la idea de ir a jugar a Aix-en-Provence, porque antes no teníamos planeado jugar esa semana y por su suerte logré ganar el torneo. Increíble cómo se dieron todas las cosas, pero lamentablemente no se pudo hacer la semana de entrenamiento con Novak.

¿Ha podido ver la semifinal con Zverev de nuevo? ¿Qué cree que le faltó?

No he revisado nada la verdad, he estado tratando de descansar, estar con mi familia que me vino a ver, con mi polola y mis amigos que aún están conmigo acá en París. Hemos tratado de desconectarnos de todo lo que pasó, de las redes. Han sido unos días de calma, pero creo que pronto voy a ver de vuelta el partido. Igual una cosa tan importante no se olvida, así que sé qué me puede haber fallado y lo tengo que ir mejorando, aprender de esos errores. Ver el video igual, para que ver todos los momentos, lo que fue pasando y analizarlo bien.

Una revancha en Francia

Fue justamente en la capital francesa en la que Alejandro Tabilo enfrentó la peor pesadilla de su vida. Corría septiembre de 2020 y el crédito nacional se alistaba para disputar por primera vez la qualy del certamen. De pronto, un intenso dolor estomacal terminó con el jugador muy delicado de salud y con su técnico -Guillermo Gómez- clamando por atención médica a la organización. Sin embargo, se la negaron, pues el médico del torneo recién iba a aparecer al día siguiente.

Luego vinieron momentos dramáticos, y finalmente una ambulancia lo trasladó hasta el Hospital Europeo Georges Pompidou, donde después de 16 horas, lograron detectar lo que le aquejaba: una apendicitis que se transformó en una compleja peritonitis. “El Ale me preguntó dos veces si se iba a morir o no”, reveló Guillermo Gómez en ese momento.

“Siento que me dejaron botado. Ojalá esto no vuelva a pasar y espero que esto sirva en el futuro”, expresaba Tabilo a este medio desde el centro médico, sin ocultar su molestia hacia la organización de Roland Garros. “Estuve en riesgo de morir, eso es claro. Por suerte, estaba mi entrenador acá. Si no, creo que no estaría contando la historia”, confesó después de la cirugía que, en definitiva, le terminó salvando la vida.

Por eso, el debut significa mucho y se fija expectativas mesuradas. Así lo reconoció en Francia: “Estoy con mucha confianza y espero hacerlo lo mejor posible acá. Es muy emocionante poder estar acá. Quiero tomarlo partido a partido; en todos los otros Slams he conseguido hacer segunda ronda, así que quiero por ahora tratar de pasar ese límite, pero quiero tomarlo con calma. Ir viendo partido a partido”.

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