Después de un largo y tormentoso camino, que incluyó lesiones y hasta una peritonitis que lo tuvo al borde de la muerte, Alejandro Tabilo (24º) por fin pudo debutar en el cuadro principal de Roland Garros. Y no solo lo hizo como sembrado, sino que estrenando el mejor ranking de su carrera ante el belga Zizou Bergs (104º). Un partido que en el papel parecía abordable, pero que terminó siendo una pesadilla, después de caer por 3-6, 7-6 (5), 6-2 y 6-2.

En la ruidosa cancha 13, y tras un retraso importante por lluvia, el chileno entró a la cancha con las mejores sensaciones. Ya en el segundo juego había logrado el primer quiebre de la tarde y se sintió muy cómodo en la arcilla parisina, con una derecha muy afilada y con bastante confianza para cerrar en la red.

Esa única ruptura le bastó para manejar el set ante un rival que fue subiendo el nivel, pero que no fue capaz de poner en peligro esa ventaja. De hecho, cuando hubo que cerrar el parcial, Jano no tuvo problemas en remontar un 0-30 gracias a buenos primeros servicios y un sólido juego de fondo.

El comienzo del segundo capítulo estaba repitiendo la tónica del primero. Tabilo no se relajó y mantuvo la intensidad para conseguir de inmediato el quiebre de servicio del belga, cuyo nombre se debe a un homenaje de su padre a Zinedine Zidane. Hasta ahí nada hacía presagiar que las cosas cambiarían dramáticamente.

Una farra

En el cuarto juego Tabilo bajó la guardia y permitió que el europeo recuperara break. Lo que vino después fue una secuencia muy extraña, ya que el chileno rompió enseguida y logró otra ruptura para ponerse 5-2 y saque. De ahí, Bergs se soltó y jugó con bastante más agresividad, consiguiendo igualar el marcador ante un tenista nacional que comenzó a errar bastante y a perder profundidad y fuerza en sus envíos. Falló mucho con el primer servicio y el rival devolvió con contundencia en los segundos.

Pero el oriundo de Lommel resultó ser una ruleta rusa de emociones y con varios errores no forzados producto de la ansiedad le dio una tercera chance de servir por el parcial al nacido en Toronto. No obstante, otra vez no la supo aprovechar, por lo que la manga se terminó definiendo en el tie break. Ahí, el expupilo de Guillermo Gómez llegó a estar 5-2, pero otra vez especuló con sus tiros y el belga lo aprovechó para llevarse el capítulo después de haber salvado siete puntos de set.

El golpe fue duro para Tabilo, quien partió al baño para intentar procesar la manera en cómo dejó ir la manga, una de las peores en mucho tiempo para él. Por eso era necesario buscar un ajuste en su juego si no quería despedirse rápidamente. Era urgente recuperar la intensidad y la agresividad en los tiros.

Desenlace predecible

Bergs seguía encendido y con todo el apoyo del público y en el tercer juego logró quebrarle al zurdo, que no encontraba las respuestas y su derecha tampoco estaba haciendo daño. Los nervios no lo dejaban avanzar. El europeo no falló y se llevó con mucha tranquilidad el set, con un claro 6-2.

El cuarto capítulo fue una prolongación del calvario de Tabilo. Un lenguaje corporal y los tiros totalmente desregulados evidenciaban que una remontada iba a ser prácticamente imposible. Un quiebre en el tercer game y otro en el quinto fue la confirmación de aquello.

Si bien descontó en el sexto con un break a su favor, nada cambió porque no logró sostener su servicio en el siguiente turno y el belga cerró cómodamente una victoria que ni en sus sueños imaginó cuando estaba abajo en el segundo set. Tabilo, por su parte, vio rotas sus ilusiones tras un duelo que seguramente le quedará dando vueltas por varios días.

Por el paso a la tercera ronda, Bergs se medirá ante el alemán Maximilian Marterer (101º), quien arrolló al australiano Jordan Thompson (36º), por 6-3, 6-2 y 6-0.

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