Alejandro Tabilo sobrevive a las provocaciones de Corentin Moutet y avanza a la tercera ronda del Masters 1000 de Miami

El tenista nacional remontó un partido complejo ante el francés, que hizo un gran escándalo en el segundo parcial. El zurdo se medirá ahora ante Casper Ruud, número seis del mundo.
Un duelo de zurdos fue el que se vivió en la cancha 5 del Hard Rock Stadium, escenario del Masters 1000 de Miami. Alejandro Tabilo (31º ATP) buscaba consolidar la mejoría que tuvo en Indian Wells frente al siempre controvertido tenista francés Corentin Moutet (76º), un rival al que había derrotado en la única vez que se enfrentaron (en el Chile Open 2024). Esta vez el partido tuvo un trámite polémico, pero nuevamente favoreció al criollo, quien se impuso por 5-7, 6-3 y 7-5.
Alentado por una numerosa parcialidad nacional, Ale arrancó con todo y en el segundo juego logró quebrarle el servicio al europeo. Se mostró muy paciente para trabajar el punto y así ir desgastando a su rival que apostaba por defender usando un slice de revés muy afilado y luego contragolpear con su derecha.
En el tercer game, el europeo logró su primer ace con un saque por abajo, el que intentó repetir en el subsiguiente punto, ganándose las pifias de la parcialidad y calentando el ambiente en Florida. En el séptimo juego, el pupilo de Horacio Matta y Gonzalo Lama cedió su saque producto de un par de errores no forzados que pagó caro. Y así, un set que tenía medianamente controlado se complicó.
Cinco juegos después, la manga terminó de irse por el despeñadero. Tabilo volvió a cometer errores no forzados, tuvo un bajo porcentaje de puntos con el segundo servicios (33%) y se salió de su estrategia, lo que terminó dándole el primer parcial al europeo.
El mazazo fue duro para Tabilo, pues de entrada en el segundo set le quebraron nuevamente el saque tras un increíble error con la volea. Se veía abatido y el público intentó levantarlo con gritos de apoyo. Poco a poco se fue levantando hasta recuperar la ruptura en el cuarto game gracias a que comenzó a cerrar los puntos de mejor manera en la red.
Moutet también cometió algunos errores no forzados y el zurdo chileno tuvo muy buenos aciertos, cosa que le permitió quebrar por segunda vez consecutiva y pasar arriba en el marcador, enloqueciendo a los fanáticos nacionales presentes en la cancha.
Reacción y show del francés
El francés, de paso, comenzó a interactuar provocadoramente con el público con gritos desaforados tras cada punto suyo y de su rival, en el juego en que el chileno sacaba por el set. Luego se fue a sentar a su banco en el 40-30 de Tabilo, al tiempo que recibía un warning y se enfrentaba con el chileno y con el juez de silla, quien lo terminó penalizando con un punto. Así, Ale se quedó con el segundo capítulo.
El escándalo del galo continuó con el supervisor entrando a la cancha para escuchar las quejas del europeo, que al parecer apuntaban hacia el box del tenista nacional. Pedía sacar a una persona de la tribuna, pero el reclamo fue infructuoso, la autoridad del torneo se retiró y el jugador terminó siendo penalizado con el primer juego del tercer set por negarse a regresar a la cancha. De modo, que Tabilo quebró automáticamente.
Para evitar una nueva penalización, que hubiera significado la descalificación inmediata, Moutet terminó entrando a la cancha a jugar ante el chileno. Y de ahí, a pesar de la desventaja, el polémico adversario se concentró en su juego y el número uno del país bajó la intensidad y cedió un poco la iniciativa, pero no lo suficiente para poner en riesgo su victoria.
El chileno tuvo la ventaja durante casi todo el set, pudo cerrar el partido con el saque de su adversario en el noveno juego. Sin embargo, este aguantó y además le quebró de vuelta. Pero aflojó en el undécimo y el nacido en Toronto recuperó la ruptura y nuevamente sirvió por el partido.
Esta vez no dejó pasar la oportunidad y se quedó con una victoria que tardó dos horas y 50 minutos en llegar. Celebración efusiva y dedicatoria al público para coronar su paso a tercera ronda, donde se medirá con el noruego Casper Ruud, número seis del planeta.
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