Chile suma una nueva alerta. Si ayer sufría con la que le notificaba la suspensión de Ricardo Gareca y hoy despertaba con la de la amenaza de tormenta que incluso pone en riesgo la realización del encuentro, ahora las noticias son incluso peores: la participación de Claudio Bravo está descartada.
El guardameta, quien fue una de las figuras en la caída ante Argentina, sufre inconvenientes físicos. Según reporta DSports, se perderá el duelo, por una lesión de rodilla. La Roja entrenó ayer bajo la lluvia, lo que le generó la complicación en la articulación. La portería nacional la ocupará Gabriel Arias. El meta de Racing es uno de los tres guardametas que Gareca llevó al torneo. El otro es el colocolino Brayan Cortés.
Más inconvenientes
Lo que parecía una espera tranquila, independientemente de la tensión que involucra un encuentro en que se juega al todo nada, ya había estado alterada por otro percance estrictamente futbolístico: el zaguero Paulo Díaz también estaba cerca de perderse el compromiso, en otra baja sensible para la planificación del Tigre.
El compañero de zaga de Igor Lichnovsky será Guillermo Maripán, quien, precisamente, había quedado relegado producto del buen complemento que habían alcanzado el defensor del América de México y el central de River Plate.
De esta forma, si no ocurre alguna situación anómala en las próximas horas, la Roja alineará a Arias; Isla, Lichnovsky, Maripán y Suazo; Pulgar, Echeverría; Osorio, Sánchez, Dávila; Vargas.
Presencia ofensiva
Los desajustes ponen en riesgo el funcionamiento que pretendía el entrenador. Bravo, de hecho, es un arquero que aporta al juego mucho más que desde la contención de los remates rivales: también suele ser una garantía de participación en la construcción desde la primera zona de la cancha. Arias, en tanto, llega validado por sus actuaciones en Racing, aunque en la Roja la imagen no es todo lo buena que deja en el equipo argentino.
La lectura en el caso de Díaz es parecida. El zaguero millonario tiene buen pie, lo que aporta a una comunicación ofensiva con el mediocampo. Maripán, en cambio, suele ser más rústico. La consideración cobra importancia en un partido en que Chile está obligado a ser protagonista: debe ganar para mantenerse en competencia.
En términos ideales, Gareca tenía en mente, incluso, darle un cariz más ofensivo a su propuesta táctica, con Darío Osorio y Víctor Dávila convertidos en eventuales punteros. Esa disposición no solo pretendería transformarse en una señal ofensiva: también esa una estrategia para contener a los laterales canadienses, de alta proyección al ataque.