Alexa Guarachi (29 años) ya hizo historia en Roland Garros, pero está lejos de conformarse. La primera chilena en llegar a cuartos de final en París desde los tiempos de Anita Lizana va por más en la competencia de dobles, donde junto con su compañera, la estadounidense Desirae Krawczyk, ya derribaron a la taiwanesa Su-Wei Hsieh y a la checa Barbora Strycova, la mejor pareja del mundo, y mañana, a las 07.00, la dupla irá por el paso a semifinales ante las japonesas Shuko Ahoyama y Ena Shibahara, séptimas sembradas. El escenario de ese encuentro será la mítica cancha Suzanne Lenglen. En la antesala de ese trascendental duelo, la tenista nacida en Estados Unidos, pero chilena de sangre y corazón, repasa con La Tercera sus sensaciones.

¿Qué fue en lo primero que pensó cuando derrotaron a las primeras sembradas del torneo?

Quizás, como la adrenalina estaba tan encima, no sentimos tanto en el momento. Pero luego, camino al hotel, nos dimos cuenta de que lo que habíamos conseguido era realmente algo importante. Sin embargo, estamos conscientes de que tampoco era la final y hay que seguir adelante.

¿Qué siente al saber que en Chile se habla de sus logros?

La verdad es que me siento muy feliz al saber que puedo llevar alegrías a Chile. Me siento muy emocionada, porque la gente me siga tanto. Además, estoy muy feliz de contribuir que las niñas me sigan y poder ayudar a que crezca el tenis chileno.

Hace un par de meses, usted comentaba que sus objetivos para esta temporada eran quedar dentro de las 25 mejores y alcanzar al menos los cuartos de final en alguno de los Grand Slams que restaba por disputar. Ahora que esa meta está casi cumplida, ¿cambian en algo los objetivos?

No he pensado mucho en eso. Estoy muy concentrada en lo que tengo que hacer. El torneo no está terminado y nos estamos enfocando en el próximo paso. Los objetivos los voy a pensar más a fin de año. Por ahora, estoy feliz de estar terminando la temporada de la forma en que lo estoy haciendo.

Después de eliminar a la mejor pareja del mundo, ¿ve más cerca el título?

Conozco bien a las rivales que están por delante en el torneo y creo que las que jueguen mejor van a triunfar. Pienso que todos los partidos van a ser muy peleados. Ahora estamos tratando de mantenernos en el presente y después nos preocuparemos de lo demás. Pero yo entro a los torneos, pensando en ganarlos. No es algo muy diferente al plan inicial que teníamos lleganado aquí. Si se da, vamos a estar muy felices. Nos sentimos muy bien y si seguimos jugando así, todo se puede dar.

¿Qué aspecto siente que le falta por mejorar?

Sé que mis progresos se han dado compitiendo contra las mejores, pero me gustaría mejorar mi juego yendo un poquito más a la red.

¿Cuál es la clave para complementarse tan bien con su compañera?

Es muy interesante, somos muy amigas y nos complementamos muy bien. Somos muy diferentes, pero nos sentimos apoyadas mutuamente. Cuando una está más baja, la otra está para apoyarla en ese momento complicado. En ese sentido, tenemos la suficiente confianza para decirnos las cosas.

Francia es uno de los países que más dificultades ha tenido con el Covid en las últimas semanas. ¿Les preocupa esa situación?

Estamos conscientes, pero no preocupadas porque seguimos los protocolos. En esta burbuja estamos muy controladas. De hecho, hemos tenido entre 12 y 15 pruebas a los largo del torneo. Cada dos días nos hacen exámenes.

En noviembre es su matrimonio. ¿Cómo ha llevado los preparativos desde Francia?

Va a ser una ceremonia muy sencilla y estoy muy apoyada por mis padres en ese aspecto. Estoy conversando permanentemente con mi novio, Vince, sobre los preparativos. Después, más adelante, cuando se den las condiciones, vamos a hacer una fiesta más grande con todos nuestros seres queridos.