Fue gran figura del complemento. Se vio sólido siempre que debió y pudo intervenir. Nada pudo hacer en el impecable testazo de Enoumba que lo dejó monolítico y significó el 1-1 boliviano. Estuvo a la altura en una cancha siempre difícil, sobre todo para los arqueros. Impidió goles que estaban siendo cantados de Arce, Moreno Martins y Vaca, cuyo disparó estrelló el vertical derecho del chileno.

Regular, pero no sobresaliente compromiso del zaguero. Cumplió en lo suyo, en una defensa que hizo, en términos generales, un buen partido.

Estaba siendo un correcto primer tiempo del Pitbull, a quien se le vio férreo en la marca y con claridad en la salida. Pero aquello se ensució en el tanto de Enoumba, cuando perdió la marca y permitió su aparición. A pesar de ello, no sintió el golpe y continuó a un alto nivel.

Otro que no destacó, pero fue importante. Comenzó nervioso, pero mejoró a medida que el partido avanzó. Su juego aéreo ilusiona.

Hizo un partido muy superior en comparación a cuando le tocó ingresar ante Argentina, con pocos entrenamientos en el cuerpo luego de que arrojara positivo por Covid-19. La mayoría de las llegadas forasteras fueron con el Huaso como protagonista, en las que entregó centros clave, como el a Marcelino en el 1-2 y otro pase a Alexis en el tercero.

Gran encuentro del Príncipe en La Paz. Impetuoso y sin dar una pelota por perdida. Un patrón en la mitad de la cancha e importante cada vez que la Roja pisó suelo adversario. Sin duda, de lo más alto del combinado nacional. Agotado, en los 70′, fue modificado por Pablo Parra.

Bajísimo compromiso del volante. Perdió la pelota que terminó antes del córner del empate boliviano y equivocó demasiado en las entregas. En gol, compartió responsabilidad con Medel. Se le vio afectado por la altura. Fue reemplazado por Baeza.

El zurdo de Colo Colo le respondió a Lasarte y a los hinchas nacionales reemplazando a Sebastián Vegas, el hombre más bajo de Chile ante Argentina. Pese a que sufrió a ratos con Saavedra, aportó en la recuperación, luchando cada balón hasta el final, y en los ataques. Prometedor momento del albo.

Al nombre del triunfo. Aunque abusó en ocasiones con la posesión y en otras causó daño con su movilidad en tres cuartos, con remates de distancia, estuvo bien ubicado para el gol de la victoria. Otra vez fue clave.

Aprovechó su velocidad para hacer malos ratos a la defensa local. Sagredo sufrió en más de una ocasión con sus avances. Se notó también un trabajo específico con Alexis, con quien se entendió muy bien en ataque. Tuvo varias, aunque quizás no tan claras, para anotar. No dejó de pelear cada pelota, por más que se le viera muy cansado.

El Niño Maravilla volvió a ratificar su buen momento. Marcó un golazo de tiro libre para la apertura de la cuenta y otro que liquidó el encuentro. Maravilla pura lo del tocopillano.