Alos 23 años, el uruguayo Alexis Rolín no tenía en sus planes jugar en Chile. El defensa era estrella en Nacional, sondeado desde Europa y seleccionado de su país. Hoy, sin embargo, con 30 años, el central es el gran pilar en la zaga del Campanil, que busca un buen resultado ante Olimpia, que le permita ilusionarse con pasar de ronda en Copa Libertadores.
"Me gusta que en Chile la mayoría de los equipos intentan salir jugando por abajo, pero, lo que me ha llamado más la atención, es que hay varios equipos con entrenadores muy jóvenes", indica el jugador de 1,86 metros. Su DT, de hecho, tiene sólo dos años más que él.
Como buen uruguayo futbolero, a los 4 años Rolín ya se divertía jugando en Polenta, su equipo de barrio en Montevideo. "Desde que tengo memoria que estoy detrás de la pelota", recuerda el uruguayo desde Paraguay. Siendo todavía un niño, su corta carrera seguiría en ascenso.
Fanático de Nacional, su debut en El Bolso fue soñado. "Mi primer partido profesional fue contra Peñarol. El técnico, Juan Ramón Carrasco, me hizo debutar de lateral derecho. Nunca había jugado ahí y me preguntó si me animaba y, obvio, le dije que sí. La noche anterior no pude dormir. Al final ganamos 1-0", relata.
En Nacional se consolidó y llegó a la selección. "Es una de las tantas cosas que le debo al club. Me dio la posibilidad de estar en los Juegos Olímpicos de Londres. Compartí con Suárez y Cavani. Me llamó la atención su humildad. Son muy profesionales y no les gusta perder en nada. No nos fue muy bien, pero la experiencia fue maravillosa", señal. Uruguay llegó a Londres por el oro y se fue en primera ronda.
Su buen rendimiento lo llevó al Catania de Italia. Rolín estuvo allí dos años y medio. "Haber jugado en la liga donde mejor se defiende me dejo muchas cosas buenas. Me enfrenté a Cavani, Tévez, Balotelli, Llorente, Luca Toni, Totti y Pirlo. Más de alguna patada le di a Balotelli", asegura.
Retornó a Sudamérica y el físico no lo dejó tranquilo. Jugó en Boca Juniors, donde fue compañero de Agustín Orión, Fernando Gago y José Pedro Fuenzalida. Eso sí, Rolín miró más partidos desde la tribuna. "Llegué mermado y las lesiones me persiguieron. Aun así, salí campeón del torneo local y la Copa Argentina", dijo. Fue un paso poco feliz antes de pasar a Olimpia, su rival de mañana, y retornar a Nacional el año pasado.
Admirador de Sergio Ramos, el zaguero busca en Chile recuperar su mejor nivel y dar la sorpresa hoy con el Campanil en Asunción. "Tengo un lindo recuerdo de ese club, pero confío mucho en Universidad de Concepción y lo que podamos hacer", afirma.
Pero la UdeC ha recibido ocho goles en los últimos dos partidos. ¿Lección aprendida? "Tenemos muy claro ahora que en este tipo de partidos los errores se pagan muy caros. Es difícil ponerse un techo. Tenemos que hacer lo mejor en cada partido y ver hasta donde llegamos", cierra.