Alexis Sánchez le pasa el aviso al Barcelona: destella clase y anota un gol en el triunfo del Inter
El tocopillano es titular y responde a cabalidad. El equipo lombardo juega a su ritmo y el chileno regala jugadas propias de su categoría y una anotación notable justo cuando el equipo culé negocia su retorno. Salió en los 55', justo cuando ingresó Arturo Vidal.
Que Alexis Sánchez está de vuelta, ya no es misterio. Desde que superó sus problemas físicos, el Niño Maravilla se hace notar en el Inter. Ya le había marcado al Cagliari, por ejemplo. Nadie duda d que estando en plenitud, el tocopillano es un jugador distinto. Clase le sobra. Y clase es lo que regala en cada uno de sus movimientos. La pelota no le pesa, sus movimientos siempre son intencionados, se mueve con naturalidad por todas las posiciones de ataque y no vacila a la hora de definir. Tampoco se complica si tiene que retroceder algunos metros para participar en la generación. La descripción, que se acerca a la de la mejor versión del seleccionado chileno, es muy próxima a la que ofreció en el triunfo por 0-5 sobre la Salernitana. Un rendimiento que duró 55′, pero que rozó la perfección justo cuando su nombre es vinculado al Barcelona, cuya camiseta ya defendió.
Si Xavi, a estas alturas el último filtro para el retorno del chileno a la Ciudad Condal, estaba mirando el duelo, es muy probable que se haya convencido de que las virtudes del delantero, a quien tuvo como compañero, están intactas. Poco antes de salir del campo, Sánchez anotó un gol propio de su factura de jugador de alto nivel. En los 51′, inició una jugada en el sector medio, en la que también intervinieron Edin Dzeko y Hakan Çalhanoğlu y definió con un soberbio derechazo cruzado para marcar el 3-0. Cuatro minutos después, con el ceño algo fruncido, abandonó el campo de juego por orden de Simone Inzaghi. Sin embargo, la tarea estaba hecha. Y los aplausos bien merecidos. En el mismo instante, ingresó a la cancha Arturo Vidal. El Rey regaló lo acostumbrado: despliegue y atinada distribución, aunque el partido ya estaba resuelto.
Lujos
El gol de Sánchez vino nada más que a coronar una actuación que ya resultaba sobresaliente. De entrada y sin eludir la responsabilidad que le exigía el partido, el Inter asumió la obligación de someter al colista de la Serie A. Y ya en los 11′, con una jugada que parece internalizada según algún manual interista, el cuadro milanés ya estaba merecidamente en ventaja. Çalhanoğlu ejecutó un tiro de esquina al primer palo y en ese sitio emergió Ivan Perisic para conectar un cabezazo imparable para el arquero local.
De ahí en más, Sánchez empezó a ofrecer lo mejor de su repertorio. Dos minutos más tarde, por ejemplo, un gran pase suyo dejó a Denzel Dumfries en posición de gol. El disparo del neerlandés fue desviado por el portero Vincenzo Fiorillo, literalmente, con la punta de los dedos.
El Inter no bajó la presión ofensiva que ya estaba ejerciendo. A esas alturas del encuentro, el meta interista Handanovic ni siquiera tenía actividad y, más bien, se dedicaba a disfrutar la producción ofensiva que sus compañeros buscaban con insistencia. En los 16′, Sánchez intentó combinar con Dzeko, pero el bosnio no alcanzó a conectar. Y en los 24′, el chileno pasó susto. En una disputa aérea, se dio un cabezazo con Lassana Coulibaly, aunque pudo seguir jugando con normalidad.
Recién después de esa acción, la Salernitana insinuó alguna aproximación. La más clara fue después de un pase de Franck Ribery para Joe Obi, que controló Handanovic. Sin embargo el Inter no tardaría en empezar a sentenciar el duelo. En los 33′, después de una asistencia de Dzeko, Dumfries, otra de las figuras del cuadro lombardo en la victoria sobre el equipo granate, ingresó frontalmente al arco y disparó un derechazo. El balón golpeó el horizontal y picó dentro claramente dentro de la portería. Ayudado por el dispositivo electrónico que detecta cuando la pelota traspone la línea de sentencia, el juez Maurizio Mariani decretó el gol.
Lautaro Martínez, quien sustituyó a Sánchez, en los 77′, puso el 4-0. Roberto Gagliardini, en los 87′, en una jugada en la que intervino Vidal, selló la goleada.
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