Alexis Sánchez ya está instalado en Francia. Fue presentado por el Olympique de Marsella, ya conoce al técnico, Igor Tudor, y ha cumplido los primeros entrenamientos con su nueva escuadra. También fue presentado, en una conferencia de prensa en la que disparó contra el trato que recibe en Chile, que aún deja esquirlas y que le valió el cuestionamiento hasta de excompañeros como Jorge Valdivia. Y, por cierto, también recibió el masivo reconocimiento de los hinchas del equipo más popular del país galo, que da cuenta de las expectativas por su llegada.
En medio de la vorágine, que incluye la instalación en la ciudad, junto a su familia y hasta sus perros, como resaltó en la comparecencia ante los medios de comunicación, el tocopillano se sentó a dialogar con el sitio oficial del club marsellés. En la entrevista, en un ambiente un poco más reposado, volvió a dejar fluir sus anhelos en el nuevo paso que da en su exitosa carrera. El registro comienza en su llegada a la ciudad, a bordo de un vuelo privado, y en el primer encuentro con la camiseta del club, la que se prueba de buena gana, golpeándose el corazón. En el camino, le indican que hay una bandera de Chile. Las imágenes también muestran el efusivo recibimiento de los fanáticos y el “olé, olé, olé, olé Sánchez, Sánchez”, que acompañó sus pasos. El objetivo no era otro que hacerlo sentirse en casa.
Reflexiones
Sánchez encuentra un espacio de relativa tranquilidad para sentarse a conversar. Y deja fluir los motivos de su elección. “Me contaron la historia del Olympique y creo que es uno de los equipos más históricos de acá, de Francia. Es el único equipo que ha ganado la Champions y me pareció un reto importante en mi carrera, que me gustaría afrontarlo”, indica, en su primera intervención.
El Niño Maravilla es incitado a comparar la realidad del club al que llega con la forma en que se vive el fútbol en Sudamérica. En ese momento, resalta la popularidad de nueva escuadra, al menos de acuerdo a la información que recibió y que lo llevó a adoptar la decisión de aceptar la propuesta. “Me dijeron que es uno de los clubes que tiene más historia en Francia. Y de la ciudad, la verdad es que me he enterado poco, pero dicen que es linda. Que hay mar y eso es lindo también, que haya mar”, enfatiza.
Parte de las reflexiones se producen, de hecho, en uno de los primeros trayectos de Sánchez en la ciudad. El Niño Maravilla reconoce su agrado por lo que ve y sobre, todo, por la recepción de los fanáticos. “Primero que nada, agradezco a la afición por la presentación que tuvieron hoy, fue muy lindo. Son muy fanáticos, Espero hacer lo mismo en el campo de juego”, plantea.
El saludo con el timonel Pablo Longoria, quien al verlo ataviado con la casaquilla le pregunta si va a jugar, antecede a la justificación del apodo que ha paseado por el mundo. “Viene de cuando jugaba en Cobreloa, de 15 o 16 años. Como era todavía un niño, me pusieron así. Y lo de Maravilla es porque hacía cosas con el balón que otros no hacían, con la corta edad que tenía”, repasa.
Recuerdo de Isla e ilusión
Fotos, más fotos y el saludo de un compañero anteceden a un recuerdo, el de Mauricio Isla. El Huaso también defendió al club. “En el tiempo en que estuvo acá, me contó que estuvo feliz, que la ciudad le gustó y que el equipo estaba muy bien, hace mucho tiempo”, explica.
Luego, responde respecto de lo que puede llevar al club. “Alegría”, dice, sin dudarlo. “Siempre en mi carrera he sido un jugador al que le gusta dejar cosas. Dejar un título acá sería algo lindo para el club y para mí”, resalta. Y recuerda a sus ídolos de infancia. “Cuando yo era más pequeño siempre estaban Zamorano y Salas. Son un ejemplo para los jóvenes y para todo Chile. A mí, en lo personal, me gustaba mucho El Fenómeno, Ronaldo. Un jugador como él era único”, subraya.
Finalmente, elogia al medio al que llega. “Está subiendo mucho su nivel”, dice respecto de la liga francesa. “La de Francia es una de las cuatro o cinco ligas más vistas en el mundo. La gente la está viendo más. Espero ser un aporte”, plantea.
Finalmente, habla de la Champions League. “Es algo lindo para todo jugador. Todos quieren ganarla”, sentencia. Consultado por sus compañeros sudamericanos, dice que conocía a algunos. “Pero ha pasado muy tiempo y tengo que volver al diálogo con ellos”, explica. Lo que tiene claro es el objetivo: “Crear un ambiente lindo, para ganar cosas”.
El último guiño es para el Velodrome, el estadio en que jugará como dueño de casa. “Me han contado que es algo hermoso. Que la afición te vuelve loco. Estoy ansioso de poder entrar al campo y de sentir a la gente alentándome”, cierra.