Cuando Alexis Sánchez traspasó la puerta de entrada de la aldea Mis Amigos, de Peñaflor, un hogar que acoge a menores en riesgo social, varios se pellizcaron. Aunque la evidencia estaba a la vista, pocos creían que la estrella de la Selección y del Manchester United podría llegar algún día al centro de acogida. Su visita era una posibilidad, pero hasta pocos minutos antes de la cita en la que los niños le preguntaron con sinceridad acerca de su relación con la actriz Mayte Rodríguez o respecto de Arturo Vidal, aún era un incógnita.
"No poh, preguntas de mi vida futbolística", respondió ante la primera inquisición. "Vidal entrena, se cuida", contestó ante la segunda, siempre sin perder la sonrisa.
La aldea Mis Amigos está ligada al fútbol. El delantero de Colo Colo Nicolás Maturana pasó parte de su infancia en ella. Luis Ortúzar, director del centro, no deja pasar la oportunidad de citarlo. "Es nuestro orgullo", destaca. Una consideración que equipara a la que siente por la visita del Niño Maravilla.
"Lo de Alexis surge por un chico que estuvo con nosotros, Francisco García, quien conoce al abogado de Sánchez. Ahí surge esta posibilidad, que siempre fue eso. Nadie en la aldea lo sabía. Por eso, cuando Alexis entró, los niños y el personal quedaron como estatuas. Cuando lo asimilaron, vino la explosión y todos corrieron a abrazarlo. Alexis se lo tomó bien. Las grandes personas lo son por lo que hacen. Queda más que claro que Sánchez es una gran persona", enfatiza Ortúzar, aún emocionado y agradecido.
[embed]https://www.instagram.com/p/BrXpdXEg2pg/?utm_source=ig_twitter_share&igshid=1rmlgjg95ggqt[/embed]
La disposición del futbolista fue lo más destacable. "Alexis se pasó. Se vino desde el sur. Entregó a cada niño un regalo, compartió en las casas, conoció sus realidades. En la charla de su vida sale la pregunta de la Maite, por ejemplo. Les contó lo que le tocó vivir en su vida. La visita y lo que les dijo va a marcar las de los niños. Las de todos, incluso las nuestras", afirma. "Una persona de su calidad y de su simpleza hizo que todo esto fuese un verdadero regalo de Navidad", sostiene
El encuentro no tuvo apuros. Duró lo que un partido de fútbol: una hora y media. En ese tiempo, Sánchez recorrió las instalaciones del hogar y advirtió carencias que ofreció solucionar. "Prometió arreglarles los problemas de la pisicina y cerrar la cancha de fútbol para que los balones no terminen saliendo del hogar. El no dice, hace. Fue todo pureza. La de Alexis y la de los niños. Todos fuimos niños en ese momento. Él transmite eso", dice.
La conversación incluyó varios momentos emotivos. Sánchez relataba las apreturas que pasó cuando niño cuando los asistentes advirtieron que una de quienes escuchaban la exposición era la madre del futbolista."Nos giramos y estaba la mamá. Nadie sabía que lo acompañaría. Alexis la mencionó en la conversación, como su gran ejemplo, pero nunca imaginamos que estaba ahí, con él, agrega Ortúzar.
A partir del ejemplo de Sánchez y, sobre todo, en el contexto de los cuestionamientos en torno al funcionamiento del Servicio Nacional de Menores, Ortúzar expresa su deseo de generar una profunda reflexión acerca de la materia. "Hacen falta estas refundaciones de fe. En las instituciones hay mucha necesidad. Es un llamado a las familias a entender que esta es una realidad que existe. Si hay gente que quiere ayudar, hagamos cosas concretas, como Alexis. Ese es el llamado. No solo a esta aldea. Hay muchas instituciones. Para nosotros es importante seguir soñando. A los niños les decimos que esta prohibido rendirse. Alexis les contó que también pasó hambre y que jugó a pie pelado. Y salió adelante. Ese es el mensaje", concluye.