Apenas Alexis apareció en las pantallas del Emirates Stadium, las pifias e insultos se multiplicaron. No hubo chance de tregua, ni de nada. Los hinchas del Arsenal no querían dejar pasar la oportunidad de reprocharle al chileno, en su primera visita a su ex estadio con la camiseta del Manchester United, su huida en enero de 2018. En sus memorias ya no quedan registros de las tres Community Shield y las dos FA Cup que el nacido en Tocopilla consiguió durante 2014-2018. En las gradas de Europa sí se condena el transfuguismo.

Ole Gunnar Solksjaer, técnico de los Diablos Rojos, ya sabía del complicado escenario que esperaba a AS7: "Le encantará si los hinchas del Arsenal se vuelven contra él. Como jugador, el orgullo entra en juego y dices 'ya van a ver'", decía en la previa. Y, por eso mismo, lo mandó a la cancha desde el primer minuto. Alexis no se achicó y, tal como en sus mejores tiempos, asumió un rol protagónico en la victoria por 1-3 ante Arsenal, en el duelo válido por la cuarta ronda de la FA Cup.

De la lesión muscular que lo sacó de las canchas por dos semanas ya no queda rastro. Alexis volvió a ser el jugador desequilibrante por la izquierda, que incomodó a una defensa que nunca supo cómo frenarlo. El momento de máxima alegría para el atacante llegó a los 31'. Aprovechó un preciso pase de su socio Lukaku para sacarse a Cech y definir de excelente manera. Su rostro evidenció la tranquilidad que tanto esperaba. Levantó los brazos y se abrazó con sus compañeros. No exageró la celebración.

La segunda cifra del United llegó de inmediato. Dos minutos después, Jesse Lingard remató con la derecha desde el centro del área, luego de la asistencia de Romelu Lukaku. El descuento fue obra de Aubameyang (43'), luego de batir con la izquierda a quemarropa. El 1-3 fue obra de Martial, a los 82', que había suplido a Alexis diez minutos antes.

El Niño Maravilla vuelve a recuperar su sitial en el Manchester. Luego de casi cuatro meses de sequía goleadora (la última vez fue ante Newcastle, por la Premier, el 6 de octubre) vuelve a recibir el abrazo que tanto extrañaba de sus compañeros. Y lo hizo en casa de su ex, el Arsenal, y ante una hinchada que lo amaba y hoy lo odia. El fútbol.