"Estimado Sr. Luis Mora Obregón: Escribo este mensaje con agradecimiento y también con la necesidad de aclararle que no me entregaron la tarjeta ni la carta que usted envió a Lille. Tampoco las fotografías de su familia. Lamento que así haya sucedido. Es muy gratificante el hecho que usted haya escrito un libro relacionado conmigo. Se lo agradezco especialmente y también que haya tenido el detalle de enviármelo. El libro me ha gustado mucho y por supuesto que nos gustará tenerlo en nuestra biblioteca. Lo felicito por su familia y espero que usted se mejore muy pronto y pueda sentirse bien para volver a sus actividades normales. Lo saludo con afecto y respeto. Marcelo Bielsa".
Destaco esta carta textual impregnada de humanismo del DT argentino, y agrego que, personalmente Marcelo llamó a las seis de la mañana para agradecerle a este escritor desconocido.
En mis manos, tengo un libro de un reconocido escritor chileno, Reinaldo Edmundo Marchant dedicado a Alexis Sánchez, llamado El niño maravilla, los sueños de Alexis Sánchez, que evoca con insistencia la temática que usarán para su película en su honor.
Alexis recibió este ejemplar. Se fotografió con el libro dedicado a su madre. Lo triste es que el autor de sus sueños literarios, aún espera un llamado o una escueta carta de agradecimiento, según reconoció en una entrevista. Los escritores viven de esas anónimas recompensas, no del aplauso multitudinario como los que recibe el tocopillano en el teatro de los sueños de Old Trafford.
Los literatos nunca pierden la humildad en su gran tarea de enseñar las vicisitudes de la existencia. Ellos jamás renunciarán a destacar a los que vinieron a entregarnos belleza y no lecciones de vida. Belleza con un balón, qué mejor misión en este planeta fútbol.
Lo que no se debe perder son las raíces y el sentido común de ser un agradecido de la vida. Alexis aún es tiempo. Hay tiempo para dibujar - como lo haces en la cancha - una sonrisa en esa alondra que cuenta tu vida en este libro. No te olvides de este párrafo que figura en una de sus páginas y colocada en tu propia boca: "Sabía que cambiar de dirección en la vida no es trágico, pero perder la pasión y los sueños de la infancia si lo es".
Dos maneras de enfrentar la vida. La del maestro y el aprendiz.