La calma duró poco en Blanco y Negro. Lo reconoce Alfredo Stöhwing, ingeniero comercial de 65 años, que ha tomado un rol de líder en el bloque de cuatro asientos que es identificado como la oposición de Aníbal Mosa en Colo Colo. El conflicto se volvió a instalar en el directorio, en medio de la crisis económica que atraviesa el club. Y claro, la caja de resonancia es grande cuando hay un pelea en el Cacique.
¿Era falsa esa sensación de paz en Blanco y Negro?
Hubo un período de mayor tranquilidad, muy fructífero para el club. Cedimos en una serie de cosas, tratamos de sumarnos a las otras posturas para que haya ese ambiente de paz, pero lamentablemente eso funciona solo cuando uno está de acuerdo con todas las propuestas. Apenas no lo estás, eso se rompe y se pasa a votación que perdemos siempre 5-4, ya que el sector de Aníbal Mosa cuenta con el respaldo irrestricto del club social y deportivo.
¿Y el daño que se la ha hecho a Colo Colo? La guerra viene desde los dos bloques, no solo Mosa…
Las disputas internas no le han hecho bien a Colo Colo. Es muy lamentable y por eso le hemos propuesto a Aníbal en varias oportunidades tratar de hacer un gobierno corporativo. No hemos tenido éxito, pero no podemos restarnos de dar nuestra opinión y voto cuando pensamos que no son decisiones correctas para el club.
¿Uno de esos errores fue contratar a Harold Mayne-Nicholls?
Harold Mayne-Nicholls llegó de una forma bastante especial a Colo Colo. Fue presentado como director ejecutivo en una junta de accionistas cuando todavía el directorio no se había constituido. Una manera muy incorrecta a mi modo de ver. Que llegaba con oficina y determinadas tareas. Pese a la molestia, nos allanamos a un acuerdo. Lo necesario era establecer un contrato especial para Harold, con funciones específicas por una remuneración, pese a que no estoy seguro de que el cargo fuera necesario. Se le asignaron labores en relación con la posible remodelación del estadio, contactos internacionales y otras cosas que no recuerdo en este momento. Y esas cosas, producto de la situación que estamos viviendo, desaparecieron. Además, tenemos las dificultades financieras que estamos viviendo. A nosotros nos pareció entonces que no había funciones para desarrollar como vicepresidente ejecutivo ni tampoco una remuneración que se justifique.
Imposible no ver que lo de Mayne-Nicholls no sea un golpe hacia su gestión…
No, no fue un castigo a su gestión. Harold desarrolló su cargo con tranquilidad. Es cierto que no se logró avanzar mucho en los temas que él tuvo a cargo. Hay determinadas razones para eso. Lo correcto es que en Colo Colo exista un directorio que trabaje mancomunadamente y una administración encabezada por el gerente general y por el gerente deportivo. Otros cargos intermedios solo enredan el funcionamiento de Colo Colo.
¿Pero usted aprueba el trabajo realizado por Harold o no?
Sí, yo creo que aportó. Sabe de fútbol, pero no hubo resultados positivos en los encargos específicos que se le hicieron, por razones también externas, como fueron el estallido y la pandemia.
¿Se superpusieron las funciones de él con Marcelo Espina?
Poner al lado de Marcelo a alguien como Harold, con el peso que él tiene, sin dudas pone en riesgo serio la independencia de Marcelo. No es una situación ideal.
¿Quitarle el sueldo a Mayne-Nicholls no fue una invitación para que se vaya de Colo Colo? Él llegó como ejecutivo rentado.
Harold llegó como director y fue Aníbal Mosa quien le adjudicó funciones y sueldo. Él, pese a que no es colocolino, puede ser perfectamente un director y muy bienvenido a aportar como todos nosotros. Muchos de nosotros cumplimos muchas tareas que no se conocen públicamente y todos tenemos el mismo estatus. Esto en lo absoluto es una invitación para que deje el club. Si alguien le garantizó alguna remuneración, como lo hizo en este caso Aníbal, eso fue un pacto privado entre Aníbal Mosa y él.
Colo Colo con $ 1.300 millones en pérdida, con $ 35 mil millones en deuda total…. ¿La gestión económica de Aníbal Mosa como presidente ha sido deficiente?
A mí me carga aportillar personalmente a alguien, pero desgraciadamente los años de gestión de Aníbal Mosa en Colo Colo han sido siempre deficitarios desde el punto de vista económico. Si uno suma las pérdidas de sus tres años como presidente, suman $ 5.500 millones, una cantidad enorme. Hay un efecto a nivel país desde octubre, que nos impidió jugar con público y no tener partidos, pero de todas maneras en su período las pérdidas han sido una constante.
¿Y qué responsabilidad se asume del período de Gabriel Ruiz Tagle, en el que usted fue director?
Yo asumo todas las responsabilidades, por supuesto. Pero a mí parecer el período de Gabriel fue bastante exitoso, tomando en cuenta que se venía de más de 3 mil millones de pesos en pérdida. En el año de Gabriel Ruiz-Tagle se ganaron $ 4.200 millones, después de como cinco o seis años de puras pérdidas. Financieramente fue muy exitoso, en lo deportivo se llegó a cuartos de final de la Copa Libertadores después de mucho tiempo, se afinó un gobierno corporativo, se contrató un gerente deportivo bien empoderado, se regularizó la administración deportiva interna. Todo pese a que contamos con una oposición terrible de Aníbal Mosa.
¿Por qué su bloque rechaza el pago a los referentes por derechos de imagen y pases?
Muy sencillo. En primer lugar fue una propuesta muy intempestiva. Desde el punto de vista legal es controvertido, porque si bien hay contratos por imagen y por pases, el club en este tiempo no pudo aprovecharlos, porque no se ha jugado y porque estaban suspendidos de sus funciones con el club. Nuestra posición era encargar un informe en derecho, consultar con abogados especialistas, pero no se permitió y se quiso aprobar rápido. Por otro lado, entregar $ 550 millones a seis jugadores, de un plantel de veintitantos, cuatro de los cuales terminan contrato este año, nos parece muy equivocado por la repercusión muy negativa en el plantel, dentro del camarín, tal como está sucediendo.
Desde el Sifup y también desde el Club Social aseguran que este pago de $ 550 millones era una obligación, por lo del doble contrato.
No tenemos la convicción de que, ante toda esta incertidumbre financiera, vamos a contar con los recursos para pagar tal suma. Y no nos gusta comprometernos a pagos si no sabemos de dónde van a provenir los recursos. Y si estuvieran los fondos disponibles, hubiese sido mucho más conveniente distribuirlos entre todos los jugadores del plantel, probablemente en proporción a su sueldo. Y también contribuir a los empleados del club, que han sacrificado parte de su remuneración desde abril hasta diciembre. En ese sentido, esta medida nos pareció muy discriminatoria. Me extraña que la hayan apoyado los miembros del club social.
¿La premura de Mosa no fue más un gesto para abuenarse con ciertos jugadores?
Es probable que haya buscado abuenarse con los jugadores. Sabemos de la cercanía histórica que ha tenido Aníbal con algunos referentes. A nosotros nos parecía equivocada esa visión. Si hay que abuenarse con alguien es con el plantel completo y no discriminar.
Pero la figura del doble contrato es real y se puede interpretar como una obligación…
Yo no soy abogado, no puedo manifestar tajantemente. Por eso pedimos que se hiciera un informe en derecho. Nos dijeron que no.
Pero sí se hicieron esas consultas legales…
Los abogados que tiene el club, desgraciadamente, son personales de Aníbal Mosa. Entonces, la opinión de ellos para mí no tiene todo el valor que debería tener si fueran abogados más neutrales.
¿Colo Colo está en riesgo de sufrir otra quiebra?
Me asusta la sola pregunta. Como colocolino no me gustaría que el club viviera nuevamente una circunstancia como esa. La situación es muy ajustada, tenemos una gran incertidumbre sobre el futuro, porque es probable que no volvamos a jugar con público hasta mediados del próximo año, como se ha dicho. Obviamente que si cerramos todos los años con pérdidas, las dudas sobre el futuro crecen.
El contrato con una nueva marca deportiva parece clave, pero también termina en un conflicto. Mosa le dijo a un director que actuó a espaldas de Blanco y Negro.
Sí, es una lástima lo que pasó. Carlos Cortés (el director reprochado por Mosa) procedió de manera impecable. Tomaron contacto con él abogados de Umbro y él, como colega, en una actuación profesional, simplemente recabó información para acercar posiciones. Y cuando reunió la información la puso a disposición del directorio. En un ánimo de colaboración. Y el club se ha visto beneficiado por eso, se han acercado posiciones con Umbro, existe la posibilidad de volver a conversar con ellos. Entonces, criticar una cosa porque no la hizo uno me parece muy egoísta y muy injusto con Carlos.
¿Usted aprobó la demanda de Colo Colo contra Umbro?
Sí, porque efectivamente Umbro no nos había pagado las facturas correspondientes a este año. Afortunadamente existen posibilidades de un nuevo acuerdo, con las alternativas que tenemos sobre la mesa, esperamos cerrar un buen contrato con alguna de las marcas interesadas, dentro de las cuales ahora igual está Umbro. Lo mejor que sea para el club, yo no tengo ninguna preferencia personal.
Se habla de US$ 20 millones por los próximos cinco años. ¿Lo cree posible?
Me parece que es muy audaz dar cifras en plenas conversaciones. El escenario no es el mejor, hay mucha incertidumbre, por lo tanto no podemos hablar de cifras.