El Superclásico 195 está a la vista. Este domingo, el estadio Monumental recibirá el partido mayor del fútbol nacional, entre Colo Colo y Universidad de Chile, el más mediático y atrayente de nuestro medio, pese a que a veces el espectáculo no cumple con las expectativas y que las estadísticas marcan una profunda desigualdad (van casi 23 años sin que la U gane en el recinto de Pedrero).
Por la naturaleza de un enfrentamiento entre archirrivales, varios ingredientes le dan otro sabor. Uno de ellos tiene relación con las bancas. Será un clásico de estrenos, porque los argentinos Jorge Almirón y Gustavo Álvarez tendrán su debut en este tipo de partidos en Chile, cuando el Campeonato Nacional recién cruza por su cuarta jornada. Cada uno, desde su trinchera, cuenta con intereses diferentes a la hora de abordar el duelo. Si Almirón aspira a continuar con la extensa racha invicta del Cacique ante la U jugando en casa, Álvarez pretende dar el zarpazo y acabar por fin con el maleficio, ese que arrancó el 9 de septiembre de 2001.
Será la primera vez para ambos, dos entrenadores que pregonan un estilo de juego con similitudes (ser protagonistas, como base), no obstante con trayectorias muy diferentes. Los escenarios que han afrontado los transandinos también son diversos. Los destinos cruzados de dos debutantes en el Superclásico.
A priori, se prevé un duelo entre elencos que reflejan la idea del entrenador. El inicio del año ha dejado de manifiesto el ideario de cada cual. Mientras el Colo Colo de Jorge Almirón es un equipo que tiene en la posesión y la presión herramientas relevantes de ataque, la U de Gustavo Álvarez apuesta por la intensidad y el ataque directo para llegar al arco rival. Esto va aparejado con el mensaje de cada estratega, ambos mesurados en sus alocuciones públicas.
El jueves, el DT de los laicos emitió: “Uno puede transmitir lo que está convencido, desde un concepto futbolístico hasta una cuestión emocional. Lo veo como una oportunidad, es cosa de convencer y ser constante”. Al día siguiente, fue el turno del ex Boca Juniors, quien no quiere dar ventajas pese al intenso calendario. “En la elite se juega seguido. Mi idea es repetir, para encontrar una base sólida y una idea. La idea es jugar el domingo y el miércoles (por la Libertadores) con el mismo equipo”, declaró.
Donde se marca una diferencia radical tiene que ver con la carrera de cada uno. Colo Colo es el 14° equipo de Almirón como director técnico. De la escuela de Ricardo La Volpe, gracias a su estancia en México, el adiestrador albo construyó su camino de la mano del empresario y representante Christian Bragarnik, llegando a elencos como Tijuana, Godoy Cruz y Elche. A diferencia de Álvarez, cuenta con pasos por equipos grandes, antes de su desembarco en Chile: Independiente, Atlético Nacional, San Lorenzo y Boca.
En la vereda del frente, el ex DT de Huachipato dirige por primera vez un equipo grande, con la responsabilidad que aquello acarrea. Tanto en Argentina (Temperley, Aldosivi y Patronato) como en Perú (Sport Boys y Atlético Grau) construyó su ruta en el fútbol en elencos de segunda y tercera línea. Planteado de otra manera, hizo el camino largo hasta que dio su gran paso en el fútbol chileno. El título con los acereros el año pasado le permitió llegar al CDA.
El clásico del domingo será el tercer encuentro en el frente a frente de los entrenadores transandinos. Los dos partidos sucedieron por el campeonato argentino y Almirón está invicto, con una victoria y una igualdad. En 2016, Lanús derrotó 3-1 a Temperley. Posteriormente, en 2018, Aldosivi empató 2-2 con San Lorenzo. Mientras el estratega del Cacique tiene tres títulos, todos dirigiendo a Lanús (también con un subcampeonato de Copa Libertadores), su colega azul tiene dos estrellas: una con Aldosivi, en la B argentina, y la de 2023 con Huachipato.