
Gustavo Álvarez, el esquema y varios apuntados: los errores de la U que le costaron la eliminación de Copa Libertadores
Universidad de Chile jugó más de una hora con ventaja numérica, pero aquello no fue suficiente para sacar la tarea ante Botafogo. Si bien estará en la Sudamericana, salir del principal torneo del continente es una herida, tanto deportiva como económica. ¿Por dónde pasan las culpas de este tropezón?

De la ilusión a la frustración. Universidad de Chile tendrá que conformarse con la Copa Sudamericana. Un empate con Botafogo, en la enorme cancha sintética del Olímpico Nilton Santos, le servía a los azules para meterse en los octavos de final de la Libertadores (la victoria, con mayor razón). El anhelo de un batacazo inundaba a las huestes laicas. Sin embargo, no sucedió. El Fogao ganó por la cuenta mínima, jugando más de un tiempo con uno menos, y le arrebató el sitio a la U.
Con 10 puntos en la fase grupal, el cuadro estudiantil se despidió de la principal competencia de clubes de la región (sumado a lo de Colo Colo, el fútbol chileno le dijo adiós a la Copa). No es la primera vez que le sucede. En la edición 2014, la U también quedó eliminada con 10 unidades en seis partidos. En aquella oportunidad, terminó tercera por diferencia de gol, ante un Cruzeiro que hizo el mismo puntaje. Hace 13 años que la U no se mete entre los 16 mejores.
Si bien los azules claudicaron luchando, lo cierto es que la eliminación cala hondo. En primer lugar, porque el subcampeón chileno dependía de sí mismo para seguir en carrera (con la inmejorable oportunidad de eliminar al campeón vigente) y jugó más de una hora con uno más. En esa dirección, el planteo de Gustavo Álvarez dejó al descubierto algunos desaciertos y jugadores apuntados, lo que evidentemente no ayudó a que se lograra el objetivo. “Habíamos preparado un partido y la expulsión lo condicionó. Nos costó un poco acomodarnos, encontrar los espacios”, afirmó Nicolás Ramírez, post partido.
Errores y apuntados
Marcelo Díaz se mostró afectado por la derrota. El capitán de la U fue uno de los puntos más bajos del equipo en Río de Janeiro. Puede ser casualidad, pero en las dos derrotas azules en el torneo (con Estudiantes, en Santiago, y con Botafogo, en Brasil) tuvo una jornada complicada, porque se vio sobrepasado en el mediocampo. El paso del tiempo es inevitable y así sucede con todos los jugadores. Ante rivales de una estirpe diferente, el ex Basilea ha quedado retratado. En el gol del Fogao, dejó con libertad a Artur para recibir el balón y abrir hacia Savarino. El final de la secuencia ya se sabe. El punto es que tampoco tiene un relevo natural (Gonzalo Montes no ha convencido). Álvarez lo sacó para el segundo tiempo, sustituyéndolo por Javier Altamirano, ante la necesidad del resultado.
La U tuvo dos bajas sensibles: Matías Zaldivia y Rodrigo Contreras. La ausencia del primero obligó a reordenar la estructura defensiva, donde se transitó por la línea de tres y de cuatro. Y en el caso del Tucu, fue Lucas Di Yorio quien contó con la oportunidad de volver a la titularidad. El ex Athletico Paranaense no la aprovechó. Supo ganarse un espacio y generar una dupla con Nicolás Guerra. Pero los partidos pasaron y el binomio pasó a ser Fernández-Contreras. Di Yorio perdió el puesto y no anota desde el 2 de abril, justamente ante Botafogo, en el Nacional. Tras aquello, han pasado 10 partidos.
Tampoco tuvo su jornada más luminosa Gabriel Castellón. El seleccionado nacional fue uno de los principales responsables del gol anotado por Igor Jesus. En primer lugar, optó por una salida larga en vez de salir por abajo, teniendo espacio. Regaló la posesión. En segundo orden, tanto o más importante, fue anticipado por el atacante brasileño a la hora de conectar la pelota y batir la meta azul. Según datos de Sofascore, el ex Huachipato solo acertó seis de 13 pases largos.

En este cóctel, también le llega parte de culpa al entrenador. Gustavo Álvarez nunca había dirigido en una Copa Libertadores. Mostrarse a nivel internacional era una ventana relevante para un entrenador que incluso ha aparecido en la órbita de la Roja, como sustituto de Ricardo Gareca. ¿Le faltó osadía a la U en Brasil? ¿Quemó todos los cartuchos ofensivamente? “Hasta la expulsión, trámite parejo, el equipo presionaba al rival tal cual lo habíamos preparado, manejábamos la pelota con criterio, éramos prolijos...”, analizó el DT. De igual manera, quedó conforme.
En la banda derecha, el tándem Hormazábal-Guerrero no funcionó. El primero le daba profundidad al equipo, no así el segundo. No se entendía el rol de cada uno. En el complemento, urgido por el empate, Álvarez determina sacar a Di Yorio y ubicar a Guerra. Si bien el argentino intervenía poco en el partido, le podía dar otra presencia ofensiva e iba al choque ante los centrales, ante la urgencia de meter el balón en el área. De hecho, en una acción, Guerra no alcanza a conectar un centro. Quizás, Di Yorio hubiera alcanzado. Eso, con el diario del lunes, claro está.
Pero quizás una de las decisiones más peculiares de Álvarez fue la inclusión de Lucas Assadi en los minutos finales. El canterano azul ha tenido poco y nada de continuidad durante el año. Ha pasado más en la tribuna que en la cancha y el DT recurre a él como una suerte de “última esperanza”, en un duelo fundamental. El 10 no pudo hacer mucho. En conferencia, el entrenador justificó esta determinación diciendo: “Cada jugador tiene los minutos que se le puede dar”.
El próximo lunes es el sorteo de las llaves de la Copa Sudamericana. En esa instancia, la U conocerá a su rival. Claramente, lo que querían era seguir en la Libertadores. Se perdió el jugoso premio de US$ 1.250.000 por clasificar. Raya para la suma, el empate con Carabobo, en Venezuela, no fue negocio. Tanto Estudiantes como Botafogo les ganaron los seis puntos a los llaneros.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.