Rafael Dudamel y Cristián Leiva terminan a los gritos desde las bancas. El técnico de Iquique le reclama al de la U que no se meta con los jugadores, pero a esas alturas hay poco margen para la cordura. La adrenalina está a mil. Y se entiende. El partido en Ñuñoa fue, literalmente, de locos. Con cambios en el marcador, con oportunidades falladas de un lado y otro y, finalmente, con un empate 2-2 que de poco les sirve a ambos, que buscaban aire para salir de las complejas posiciones que ocupan en las respectivas tablas. A los azules, por ejemplo, nos les sirve para salir de los riesgos por la ponderada y a los Dragones Celestes tampoco en el afán de mantener la categoría en forma directa o de escabullirse de disputar la final para conseguir ese propósito.

Tuvo de todo el duelo entre laicos y nortinos. Por momentos, sobre todo imprecisión, porque si los dirigidos de Leiva aprovechaban las ocasiones que generaron al comienzo quizás su suerte pudo haber cambiado. Y sin embargo, aunque exigieron a De Paul, volvieron a mostrar la impericia ofensiva que ha caracterizado la actual campaña y que explica que estén atribulados en las clasificaciones.

La U, en tanto, abría el marcador gracias a su nueva joya. En los 28′, Sebastián Contreras aprovechó una exquisita habilitación de Aránguiz para vencer a Pérez e ilusionar a los fanáticos estudiantiles con empezar a esconder la calculadora.

El segundo lapso, en tanto, fue de esos complementos que cuesta resumir. Que obligan a estar permanentemente en estado de atención. Que llevan a reescribir una y otra vez lo escrito para intentar explicar lo que ha pasado más recientemente.

Celebró Iquique el gol de Matías Donoso, un cabezazo impecable tras un centro de Fernández desde la derecha. Y lo hizo con la felicidad propia de quien necesitaba sumar con urgencia. De a uno o, idealmente, de a tres.

Los nortinos se encontrarían, después, con un aliciente adicional. Innecesariamente, Carrasco derribó a Donoso en el área y no le dejó a Carvajal más opción que sancionar el penal. Hans Salinas apeló a la experiencia para fusilar a De Paul con un violento remate que infló el sector central de las redes.

Iquique celebraba, y con razón. Dudamel se inquietaba, también con profundos motivos. Desde ambas bancas surgían cambios y más cambios para intentar asegurar la victoria, como pretendía Leiva, quien utilizó las cinco sustituciones, o variar la suerte, como buscaba Dudamel, quien puso toda la carne a la parrilla.

El partido se iba. Como también moría la esperanza azul y renacía la de los visitantes por rescatar algo en un recinto tradicionalmente complicado. Hasta que apareció Ángelo Henríquez, uno de los jugadores más criticados por los hinchas laicos para salvarle la tarde a la U con su segundo gol en la temporada.

U. de Chile: De Paul; Barrios, Casanova, Carrasco, Del Pino; Galani (76′, Moya), Espinoza; Contreras (64′, Lenis) (78′, Lenis), Henríquez, Aránguiz (76′, Guerra); Larrivey

DT: R. Dudamel.

Iquique: Pérez; Gutiérrez (78′, Contreras), Aveldaño , Blázquez, Salinas (72′, Hidalgo); Fernández, Schultz, Lorenzetti (78′, Zúñiga), Mainero, Donoso (87′, Huanca), Fuentes (87′, Ramos).

DT: C. Leiva.

Goles: 1-0, 28′, Contreras, tras pase de Aránguiz; 1-1 ‚58’, Donoso, con un cabezazo, tras centro de Fernández desde la derecha; 1-2 ‚67’, Salinas, de penal, tras falta de Carrasco sobre Donoso; 2-2 ‚90’+3, Henríquez, con un derechazo.0

Árbitro: R. Carvajal. Amonestó a Casanova, Carrasco, Henríquez, Aránguiz, Moya en la U y a Gutiérrez , Aveldaño, Mainero en Iquique.

Estadio Nacional. Sin público.

En cursivas, jugadores juveniles.