Allianz Parque de Sao Paulo. 10 de octubre de 2017. Noventa minutos para llegar a la Copa del Mundo de Rusia. Cuando comenzó el camino hacia el Mundial, pocos auguraban un fracaso. Con los antecedentes previos, con un plantel bicampeón de América, la Roja era candidata a instalarse nuevamente entre el selecto grupo de los 32 participantes de la fiesta más importante de todas. Pero la ilusión chocó con una triste realidad, con una que nadie se atrevía a vislumbrar, con una que evitó el retorno de Chile a Rusia, sitio en el cual fue finalista de la Copa Confederaciones.

Hace un año, el seleccionado dirigido por Juan Antonio Pizzi perdió 3-0 con el Brasil de Tite. La caída llegó luego de una serie de tropezones, sobre todo en la recta final de la clasificatoria. De la ilusión al caos, del sueño al incendio.

El 2017 fue un año complejo, en donde los malos resultados terminaron repercutiendo en el desenlace por todos conocido. De los seis partidos eliminatorios que jugó la Roja en el año pasado, perdió cuatro (Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil). Las derrotas consecutivas ante la Albirroja en el Monumental y con los bolivianos en La Paz complicó de sobremanera las opciones de la Selección. El agónico triunfo sobre Ecuador (5 de octubre) revitalizó, en parte, las chances. Pero todo se definía en Sao Paulo, ante el mejor combinado del continente. Y por cierto, con la calculadora en la mano, ese mismo artefacto que tantas veces se usó y que estaba guardado en un cajón. De reojo, era necesario mirar las otras canchas.

Chile salió a la cancha con el 4-3-1-2, dibujo predilecto de Pizzi. Bravo; Isla, Medel, Jara, Beausejour; Fuenzalida, Aránguiz, Hernández; Valdivia; Vargas y Sánchez fueron los once. Arturo Vidal se perdió el partido por suspensión (tarjetas amarillas), mientras que Francisco Silva fue baja a última hora, con lo cual entró de emergencia Chapita. Chile llegó al partido tercero en la clasificación y aguantó el primer tiempo. Pero en el complemento llegó el desastre. El Scratch se demoró dos minutos en ponerse arriba, con los tantos de Paulinho (55') y Gabriel Jesús (57').

El elenco de Macanudo necesitaba hacer un gol para el repechaje, opción nada de despreciable considerando la calidad del rival (Nueva Zelanda). Pero esa opción nunca llegó. En Lima, Perú empataba con Colombia y alcanzó el quinto lugar, desplazando a la Roja por diferencia de gol. Gabriel Jesús cerró el marcador en el tiempo añadido, la última daga en el corazón de los hinchas.

[caption id="attachment_348590" align="alignnone" width="900"]

Foto: Photosport/Archivo[/caption]

El resultado fue el inicio del terremoto, que trajo consigo el conflicto entre Claudio Bravo y Arturo Vidal (con la publicación en Instagram de la mujer del arquero tras la derrota), y la salida de Juan Antonio Pizzi, quien de todas formas fue al Mundial pero con otra selección.

Un año después, el Equipo de Todos tiene a otro seleccionador, el colombiano Reinaldo Rueda, y con varios de los futbolistas presentes aquella noche ausentes del nuevo proceso (Bravo, Fuenzalida, Valdivia y Vargas). Aunque en el horizonte se proyectan objetivos relevantes como la Copa América 2019 y las clasificatorias hacia Qatar 2022, aún duele un proceso que tenía todo para llegar a buen puerto, pero que finalizó de la forma más dolorosa y enlodada.