Hace exactamente un año, Chile se impactaba por el fallecimiento de Luis María Bonini. El preparador físico llegó al país como parte del cuerpo técnico de Marcelo Bielsa, pero su profesionalismo, personalidad y, principalmente, su faceta motivacional lo transformaron en un personaje entrañable, cuya imagen sigue latente entre sus pupilos y en el entorno del fútbol nacional.
Entre agosto de 2007 y febrero de 2011, el transandino impuso un estilo único. Obsesivo por los detalles y de una personalidad fuerte, logró cautivar a los futbolistas. "Se preocupaba hasta de lo más mínimo. En los aeropuertos, que no hiciéramos desorden, que estuviéramos ordenados en las escaleras. Estaba encima de todo", recordaba Roberto Cereceda cuando se conoció su deceso.
El propio Bonini relató en su momento la cercanía que alcanzó con Alexis Sánchez, quien le confidenciaba su anhelo de convertirse en el mejor futbolista del mundo. Eso sí, la expresión más recordada es la arenga que el profesional le dedicó a Humberto Suazo en la salida a la cancha del Centenario para el duelo eliminatorio ante Uruguay. "Chupete, la c... de tu hermana, te quiero ver, carajo", le gritó al sanantonino con el afán de motivarlo. Suazo también atendió sus recomendaciones cuando eligió como destino el Zaragoza y se sometió a un estricto acondicionamiento que le permitió bajar ocho kilos.
Jean Beausejour fue otro de los que generó un lazo de amistad que trascendió a las vinculaciones profesiones. De hecho, el actual carrilero de Universidad de Chile fue uno de los jugadores que lo visitó en la clínica Santa María cuando la condición de salud de Bonini estaba ya complicada. " Jugamos contra Chile y al negro no lo podíamos parar, era impresionante. Cuando vinimos a Chile se había perdido y lo fuimos a buscar a Cobreloa. Es muy inteligente, un jugador dúctil, entiende el juego. Es un tipo culto", dijo en alguna oportunidad.
Bonini era el nexo entre los futbolistas y Marcelo Bielsa. "Nos entrenábamos con Bonini haciendo bromas y Marcelo llegaba luego. Bonini nos decía: 'Marcelo acaba de llegar, espero que estén listos'. Marcelo preguntaba a Bonini: '¿Profe, ya están listos?', Bonini le respondía 'Sí, Marcelo'. Y si el trabajo no se había hecho bien, Marcelo se enojaba con el segundo entrenador: 'Pero usted me había dicho que el ejercicio ya había sido comprendido, ¿Cómo hacemos ahora?' Él se iba y volvía a comenzar diez minutos más tarde", relató Pablo Contreras a la revista francesa So Foot.
En la entrevista, Contreras revela una anécdota que grafica la relación con ambos. "Marcelo nos intimidaba con sus palabras, sus gestos. En serio. Juro que nos asustaba, que nos impresionaba, incluso a mí que para la época ya era viejo. Una le dijimos a Bonini: 'Profe, estamos cansados'. Porque el trabajo era muy intenso, los isquiotibiales cansados, los aductores quemados. Bonini dijo: 'Ok, le diré a Marcelo'. Marcelo vino hacia nosotros: 'El profesor me dijo que están cansados'. Se volvió hacia Gonzalo Jara y le pregunta: 'Gonzalo, ¿Está cansado?' Gonzalo le dice que está bien. Me pregunta a mí: 'Pablo, ¿está cansado?' Yo era el más viejo, estaba fundido. Le dije: 'No, Marcelo, estoy impecable'. ¡Nadie estaba cansado! Bonini viene entonces y nos dice: 'Son unas gallinas, bastardos, cuando viene el hombre se paralizan'", declasificó.
Actuales figuras y entonces incipientes proyectos como Arturo Vidal conocieron de su carácter. El Rey, por ejemplo, se ganó una reprimenda por ponerse a jugar con un balón en medio de una charla. "´Y vos ¡qué te has creído! Cuando yo hablo, me ponés atención, ¡andáte de acá!'", reveló El Mercurio respecto de ese particular llamado de atención.