Chile suma una nueva medalla. Esta vez, de bronce. Antonia Valdés se quedó con el tercer puesto de la categoría 53 kilos al vencer en la definición a la peruana Talia Mallqui.

El marcador favoreció a la representante del Team Chile por 4-2, lo que le permitió agregar una nueva presea a la producción nacional en los Juegos Panamericanos. Su medalla es la 48ª que consigue la representación nacional en el certamen.

En la historia

La de Valdés puede ser considerada una gesta. Se trata, en efecto, de la primera medalla que se cuelga una especialista en los Juegos Panamericanos.

Valdés se inició en la lucha en 2015. Su destacado rendimiento en la disciplina la convirtió en una atleta de proyección. Poco tiempo bastó para que fuera ungida con un título tan grandilocuente como exigente: “La nueva joya de la lucha”.

Los Juegos, como objetivo

La curicana fue descubierta por el presidente de la federación, Manuel Espinoza, cuya primera tarea fue convencer a su familia para que le permitiera dejar su natal Curicó. En ese tiempo, ya se daba por hecho que alcanzaría grandes alturas. “Ella se vino a vivir al CEO porque necesitaba entrenar dos veces al día. Ahí estudia con un régimen especial en el CAR, lo cual lo compatibiliza con las prácticas. Y eso es porque la única forma de que nuestros deportistas tengan resultado en el tiempo, es que se acostumbren desde jóvenes a mantenerse en ese régimen de exigencia”, expresó el dirigente en esos días.

Su notorio talento le permitió optar a una beca Proddar. Ya en ese tiempo, Santiago 2023 aparecía como el real objetivo. “Para nosotros es una atleta con unas condiciones excepcionales. Es uno de nuestros grandes talentos y esperamos que logre oro en esta competencia y que se siga perfilando para los Panamericanos de Santiago”, explicaba el Head Coach de la Federación, Néstor Almarza.

La proyección fue una absoluta realidad. Valdés, la joya, brilló como siempre y ahora está entre las mejores tres especialistas en su categoría de todo el continente.

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