El fútbol a veces roza lo fantástico. En un espacio tan pequeño como una sola familia a veces caben dos países separados por 7.300 kilómetros de distancia y dos banderas distintas. Hijos jugando por una selección, hijos jugando por otra. Ha vuelto a pasar. Y bien cerca. El corazón de los Galdames, una saga de larga tradición futbolística en Chile, se ha dividido. Pablo (23) y Thomas (21) son chilenos y juegan por la Roja, como el papá, Pablo (45). Pero Benjamín (18) lo hará por México. El viernes fue oficialmente convocado por la Sub 20 de los aztecas. Y puede hacerlo, ya que tiene la doble nacionalidad. El centrocampista ofensivo de Unión Española nació en 2001 en Ciudad de México, cuando su padre jugaba en Cruz Azul.
Y pese a la sacudida familiar, Benjamín está encantado de su decisión: "Estoy feliz por la convocatoria, era algo que esperaba. Hace tiempo me venían hablando desde México preguntando si tenía la doble nacionalidad y si podría jugar por esa selección. Esperaba con ansias ese llamado".
Sus hermanos ya han jugado con la camiseta roja de Chile. Pablo, hoy en Vélez, debutó incluso en la adulta; mientras que Thomas, de Unión Española, se encuentra en Colombia con la Sub 23 preparando el Preolímpico.
El fútbol acompañó desde pequeño al trío de hermanos. Todos proceden de la cantera de Unión Española. "Siempre jugamos. Si armo un baby, el Tomy juega atrás más de defensa, Pablito a mi lado y el Benja solito arriba", decía hace dos años el padre de la saga en una entrevista en La Cuarta.
Un caso inédito para el balompié nacional, que rememora otras situaciones similares ocurridas en el fútbol mundial. Los casos más conocidos son de los hermanos Boateng y Alcántara, donde las familias se dividen en cada fecha FIFA para alentar a sus hijos o hermanos. En el primer caso, Jérôme decidió, en 2005, defender al seleccionado alemán, mientras que su hermano Kevin-Prince, que también jugó en las divisiones inferiores teutonas, prefirió conectarse con sus raíces africanas y jugar por Ghana.
En cuanto a los Alcántara, el ex seleccionado brasileño Mazinho, y padre de los futbolistas Thiago y Rafinha, pasó por una situación similar a la de Pablo Galdames, cuando sus hijos decidieron tomar caminos diferentes en el fútbol. Cuando ambos jugaban en el Barcelona, Thiago decidió vestir la camiseta de la selección española (aunque nació en Italia) y Rafinha (natural de Sao Paulo) se decantó por la brasileña.
Solo amistosos
Los Galdames van a sufrir la misma fractura emocional a costa del fútbol. Benjamín, el pequeño va a jugar por México. Aunque como por ahora va a hacerlo en la Sub 20 y en partidos amistosos, Chile aún no lo da por perdido. La reglamentación permite cambiar de idea al futbolista hasta los 21 años mientras no juegue con la absoluta o no obtenga un título en categoría inferior. Pero en la sala de estar de su casa, el corazón un poco se ha partido.