El arribo de Cecilia Pérez a la mesa directiva de Azul Azul no dejó a nadie indiferente. A pocas semanas de haber dejado su cargo en el Mindep, la exfuncionaria de gobierno llega a Universidad de Chile tras una serie de actividades que siempre la tuvieron ligada con el deporte. Se busca que con su presencia se destraben una serie de proyectos que el club quiere llevar adelante. ¿El más importante? El anhelado estadio.
Su vinculación al club ha generado controversia. Este jueves en la noche, los barrabrava de la U rayaron el portón del Centro Deportivo Azul con consignas que buscaban intimidarla. Pese a ello, la exministra no cedió a las presiones y apareció en la lista de candidatos que asumirá el desafío de levantar a un equipo que no logran encontrar el rumbo.
Muy cercana a la cúpula de Federico Valdés y José Yuraszeck, especialmente en la era Sampaoli, la exministra fue interiorizándose en el mundo del fútbol. Más adelante, ya como ministra del Deporte y presidenta de la Corporación Santiago 2023, coincidió con el extimonel azul y también con Cristian Aubert, quien renunció a la mesa directiva del club.
En esa línea, la amplia experiencia política de Pérez y una importante red de contactos fueron los atractivos que vio Sartor, el grupo que hoy controla a la compañía, para sumarla. Su capacidad de lobby, un talón de Aquiles para la S.A., puede ser clave a la hora de resucitar el Proyecto Estadio, según confidencian desde las oficinas de Avenida El Parrón. Desde sus tiempos en la Intendencia se le conoce por su variedad de vínculos con diversos sectores, muchos de ellos con bastante influencia.
Asimismo, la nueva integrante del directorio espera involucrarse en el fútbol femenino, una de las áreas más robustas del club y que en el último tiempo ha logrado muchísimo éxito en el ámbito local.
Incluso, entre los cercanos a la militante de RN la ven incluso con el deseo de vincularse más profundamente en el fútbol, no descartando que la ANFP esté en su horizonte. Por eso esta primera experiencia dirigencial será clave para apuntar a un salto mayor. Eso sí, si quisiera encabeza la mesa de Quilín deberá cumplir con dos requisitos: haber sido presidenta de un club por al menos un año o desempeñarse por al menos tres años en el directorio de la asociación, por lo que todavía se ve bastante lejana esa opción.
Desde su época como intendenta de la Región Metropolitana, Cecilia Pérez siempre estuvo estrechamente ligada al fútbol. Durante ese periodo se convirtió en la autoridad que permitió que los clásicos se jugaran en San Carlos de Apoquindo, a partir del segundo semestre de 2011. Además, nunca escondió su fanatismo por la U, institución con la que a partir de hoy tendrá un vínculo estrecho como nueva directora de Azul Azul, en uno de los cupos de Sartor.
Y si bien su carrera fue ganando importancia hacia ministerios netamente políticos como la Secretaría General de Gobierno, en la segunda mitad del primer gobierno de Sebastián Piñera y en la primera parte de su segundo mandato, siempre manifestó su deseo de ligarse al deporte de alguna manera.
Luego del estallido social de octubre de 2019, su presente cambió completamente, ya que pasó de la intensa exposición de la vocería al Ministerio del Deporte, una de las carteras de más bajo perfil del aparato estatal y que antes de su existencia era administrada como IND a través de la Segegob. De hecho, bajo su etapa se creó el Mindep.
En su nuevo cargo se enfrascó apenas arribó en diversas disputas con el mundo del fútbol. La más recordada fue con la Conmebol, cuando increpó a Alejandro Domínguez, denunciando una serie de exigencias al margen de lo razonable para realizar la final de la Copa Libertadores de ese año, como el no pago de impuestos y fiestas especiales para dirigentes de la confederación y patrocinadores.