Una de las falencias que detectó el defenestrado Kudelka y la gerencia deportiva de Azul Azul a fines del año pasado es que el plantel necesitaba un delantero goleador. Un pepero calado. Ángelo Henriquez había llegado de México en agosto siendo apenas un pálido recuerdo del chico que había partido con 18 años al Manchester United. Entonces, salieron a buscar al segundo y tercer goleador del campeonato anterior, para paliar el déficit.
Gabriel Torres y Matías Campos López se instalaron en el CDA para engrosar aún más la larga lista de atacantes de la U. Sin embargo, cantidad no supone calidad. Y de los casi treinta goles que ambos convirtieron la temporada pasada en el torneo chileno, todavía no asoma ninguno con la camiseta azul. Con el agravante de que han tenido innumerables chances para convertir.
El festival del despilfarro arrancó en la Copa Libertadores, cuando en Arequipa el panameño falló dos mano a mano. Y en el torneo local la anemia aumentó. Torres siguió siendo una máquina de malas decisiones frente al arco rival y Campos López ayer confirmó que otra cosa es ponerse la camiseta dela U. El ariete falló cuatro mano a mano. De no creer, mas allá de la buena actuación del portero Rossi.
Que el goleador del equipo sea el lateral derecho, en este caso Matías Rodríguez, es el más claro indicador que a los delanteros azules el arco se les redujo a la mínima expresión. Como si fuera de taca taca. Y que solo Benegas y Guerra hayan anotado en el torneo, refleja un problema serio. Una señal peligrosa de cara al futuro, si se siguen acumulando las derrotas y el fondo de la tabla comienza a ser su hábitat natural. De nada servirá la mejoría futbolística que llegó de la mano de Arias si los atacantes no anotan.Llegó la hora que confirmen por qué llegaron a la U.