Arde Santos: cuatro buses y varios autos quemados después del descenso del Peixe
El Peixe cayó ante Fortaleza y cayó a la Serie B del fútbol brasileño. Sus fanáticos reaccionaron con violencia y arrasaron con todo lo que podían.
Arde Santos. La descripción es literal. El equipo en el que alguna vez brilló Pelé y que hace no tanto destacó Neymar ahora tendrá que jugar en la Serie B del fútbol brasileño, una experiencia que no conocía y que para sus fanáticos constituye un deshonor para la historia institucional.
El Peixe cayó por 2-1 frente al Fortaleza, con el agónico gol de Juan Martín Lucero, en el sexto minuto adicional. Con ese resultado, terminó de condenarse en una campaña que había resultado nefasta. El Bahía y el Vasco da Gama, de Gary Medel, ganaron sus respectivos duelos y consiguieron el objetivo de mantener la categoría. Goiás, Coritiba y América Mineiro bajaron junto a Santos. Todo lo que vino después fue caos.
Invasión y fuego
Ni bien el juez Leandro Pedro Vuaden dio por terminado el partido, se desató la locura. Hubo hinchas que invadieron el campo de juego. Algunos jugadores, impávidos, se quedaron en el campo de juego, quizás con la intención de asumir la responsabilidad en el bochorno deportivo.
“Vila Belmiro se convierte en una escenario de guerra tras el descenso”, titula, por ejemplo, el diario deportivo Lance, para resumir lo que se vivió una vez que finalizó el encuentro. “Santos vivió una noche de terror”, sintetizó O Globo, en otra muestra de la gravedad de los disturbios que se produjeron en la localidad paulista.
La descripción es atinada, considerando que la violencia no tardó en aparecer y extenderse: los fanáticos quemaron cuatro buses y varios automóviles como protesta. Entre los últimos aparece el que pertenecía al colombiano Stiven Mendoza. Ese automóvil fue encontrado a varias cuadras de distancia de Vila Belmiro. Los medios de todo el mundo han difundido imágenes de los incidentes, por la gravedad que revistieron.
También fueron destruidos los de los miembros de la comisión antidopaje de la Confederación Brasileña de fútbol. Hubo, además, vandalismo y saqueo en locales comerciales de la zona.
La Policía Militar apeló al gas pimienta para dispersar a los violentistas, que en el intento por llegar a la calle Princesa Isabel se enfrentaron con las fuerzas especiales.
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