El área rival sigue lejos

Vargas vs Godin | Chile Uruguay Copa América 2019
Foto: EFE.

A Chile se le cerraron los caminos para llegar al gol. Algo que debe recuperar con urgencia si quiere seguir con vida en la Copa



Todo el volumen ofensivo que mostró la Roja en el debut de pronto desapareció. La proyección de los laterales o circunstanciales carrileros dejó de estar en el libreto de Rueda, los volantes ya no acompañaron tanto a los delanteros y de pronto nos encontramos, como ante Ecuador, que el único argumento para llegar al gol quedó supeditado a un balón detenido o a un aprovechamiento de un lateral, como sucedíó en el tanto de Alexis Sánchez en Salvador de Bahía.

Fue como si de pronto, el área rival pasó a convertirse en una zona impenetrable, dinamitada para los jugadores chilenos. Todo lo bien que hace el equipo de Rueda en la recuperación y en la cantidad de obstáculos que le pone al oponente cuando intenta avanzar, lo desaprovecha a la hora de organizar y elaborar ataques. Si el balón no pasa por Charles Aránguiz, el más claro para jugar en campo ajeno, simplemente a la Roja se le nubla todo el panorama.

Amén de que la clasificación como segundo del grupo es un duro golpe para el plantel y sobre todo para Rueda, que privilegió cuidar a los amonestados por sobre el hecho de poner el mejor equipo, lo concreto es que a partir de ahora no hay espacio para experimentos. Menos para el que pretendió el colombiano en el Maracaná, donde hipotecó enfrentar a Perú con un día más de descanso con el propósito de limpiar a sus habituales jugadores de campo de las tarjetas amarillas.

El próximo rival será Colombia, el mejor equipo del torneo en cuanto a lo numérico y también en lo futbolístico. Duro reto para Chile, que ya supo eliminar al combinado cafetaleros con todas las apuestas en contra. Pero para doblegarlo esta vez tendrá que soltar las amarras, recuperar la capacidad de asociación por los costados y especialmente elegir bien los caminos para llegar al gol. De lo contrario, la Roja seguirá dependiendo de alguna genialidad o de algún balón parado, argumentos que asoman como insuficientes cuando enfrente está un rival de alcurnia.

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